«Formar una familia numerosa no era un proyecto de vida. Siempre me han gustado los niños, mi marido y yo queríamos ser padres, pero nunca me imaginé que iba a tener siete. No ha sido planificado, simplemente han ido viniendo y los hemos recibido encantados. Personalmente me llenan de satisfacción». Así lo explica Patricia Cordero, madre de siete hijos de 15, 14, 9, 7, 6, 4 y 2 años. Su marido, Marco Antonio Sánchez, es el presidente de la Asociación de Familias Numerosas de Cáceres. Ellos no se consideran más o menos especiales, simplemente sacan adelante a sus hijos como cualquier otra familia, eso sí, con un ‘poquito’ más de esfuerzo.

«En nuestra casa, un adosado de Mejostilla, los días son muy normales. La gente me pregunta ¿Como lo haces? Pues igual que los demás, solo que yo, en lugar de levantar a dos niños por las mañanas, levanto a cinco y ahora ya solo tengo que vestir a dos. Los demás lo hacen solos y se ayudan entre ellos con los cordones, los botones....», relata Patricia. Los cinco mayores dejan sus camas hechas y desayuna solos. Sacan el cacao, la leche y las tazas y lo preparan sin problemas. «No podemos sentarnos media hora con cada uno para que apuren el desayuno, de modo que ellos saben que debe tomarlo, y si algún día no lo acaban, no pasa nada. Yo tengo que preparar mientras meriendas, comidas... Es verdad que se hacen niños más autónomos», revela.

Patricia entra a trabajar como técnica de la Asociación de Familias Numerosas de Cáceres a las 9.30. Su marido acerca a las chicas mayores al instituto y al pequeño a la guardería. Ella lleva a los otros cuatro al colegio. Por tanto necesitan dos coches. A las 13.30 termina su jornada laboral y los recoge a todos. Llega la hora de comer.

«En la cocina utilizamos recipientes de tamaño industrial. Compré una superolla de unos diez litros que encargamos en una ferretería porque no la había. Los cocidos no nos caben en otro sitio, tiramos mucho de ella, nos soluciona bastante». También adquirieron la mayor plancha de una conocida marca. «Es gigante, hacemos rápido los sandwiches, la carne, el pescado, las hamburguesas...». No tardan mucho más que en otras casas: «Es cuestión de conocer las cantidades, siempre utilizamos paquetes de medio kilo de pastas o legumbres. Donde comen tres, comen cinco y más». Y eso que Patricia tumba el mito de que los niños de familias numerosas comen de todo. «Que va, a dos de mis hijos no les gustan los macarrones, a otro tampoco el arroz, pero ese día se les echa menos. Otra de mis hijas es celiaca y ella sí tiene necesidades que repercuten en el coste de la cesta de la compra», explica.

Por las tardes realizan las tareas pendientes. Ponen dos lavavajillas diarios y entre dos y tres lavadoras. Pasan la ropa a la secadora y planchan lo justo y lo necesario. El resto se estira. «Yo antes planchaba hasta la ropa interior», revela Patricia. «Creo que las personas nos complicamos la vida en exceso», reflexiona.

Los chicos también se han hecho autónomos con los deberes. «No puedo revisar las tareas de siete niños ni sentarme con todos a ayudarles. Siempre hay alguno del que tengo que estar más atenta, pero procuro que sean independientes. Cuando acaban, los niños juegan por la vivienda en estos días de frío y lluvia, y alborotan lo lógico. «No pasa nada, luego recogen los juguetes, ordenamos por la noche y el fin de semana damos una vuelta a la casa. Nos apañamos bien», indica. En las horas de descanso también se ponen de acuerdo para ver los canales reyes de la casa: ‘Clan’ y ‘Boing’. Y por supuesto no faltan los turnos para jugar a la ‘Xbox One’ y la ‘Wii’. Marco Antonio, funcionario en la Subdelegación del Gobierno y auténtico manitas de las tecnologías, tiene a la familia al día en este sentido.

Y con las buenas notas llegan las vacaciones: a la familia Sánchez Cordero no les faltan unos días en la playa ni el descanso en el pueblo, Berrocalejo, que en realidad es lo que más le gusta a los pequeños. En casa tienen piscina, pero otros caprichos, como los teléfonos móviles, «se los tienen que trabajar ellos con sus ahorros», explica Patricia.

Muchos pares de zapatillas

Aunque el día es día es tan ‘sereno’ como en muchas otras casas, los gastos sí se disparan. Es fácil imaginar los pares de zapatillas deportivas que necesitan siete niños... y al ritmo que las rompen. También la casa se queda pequeña. La familia ya está estudiando qué hacer cuando su unifamiliar de 90 metros cuadrados no sea suficiente...

Y es que estas familias numerosas tienen menos subvenciones en muchos casos que los propios jóvenes, ni siquiera ayudas al alquiler, salvo que su situación sea precaria. Al menos las becas sí cubren los libros, pero luego están los cuadernillos, las ceras, los lápices... (unos 50 € por niño). «Por fin ha salido una nueva ayuda para material escolar», agradece Patricia Cordero.

En Francia, sin ir más lejos, se conceden más de 100 euros al mes por niño y la conciliación laboral y familiar «no tiene nada que ver» con España. «De ahí que sea importante concienciar a las administraciones de que necesitamos respaldo, por eso es tan importante que estemos asociados», concluye Patricia.