Septiembre de 1988. Las mujeres pisan por primera vez las academias militares como miembros del ejército de pleno derecho. Lo hacen en virtud del real decreto-ley 1/1988 de 22 de febrero, que marca la entrada de la mujer en las Fuerzas Armadas y le garantiza que podrá acceder a todos los empleos militares --aunque limitando el acceso a determinados cuerpos y escalas--. Ahí parte, al menos desde el punto de vista temporal, la exposición que ayer se inauguró en el palacio de las Cigüeñas para conmemorar los 20 años de la llegada de la mujer a las Fuerzas Armadas.

"Algo más de 16.000 mujeres dan testimonio del acierto que supuso esa decisión", recalcó en la inauguración el general de división del Ejército de Tierra, José Monasterio Rentería. De ellas 439 prestan servicio en las bases extremeñas, donde ya representan al 10,9% de los efectivos. Algunas de las integradas en el Cimov de Cáceres estaban allí ayer. "Es una buena iniciativa, pero no hay que entenderla como algo reivindicativo", matizaba una de ellas, la teniente Vanesa Pérez. "En mis 8 años en el ejército, nunca me he sentido diferente", añadía.

La exposición itinerante, que desde el año pasado ha recorrido todo el país, abre los actos de la XVII Aula Militar de Cultura del Cimov, número 1. Está integrada por 20 paneles con imágenes y testimonios de mujeres integradas en las distintos cuerpos y escalas de las Fuerzas Armadas. "Todas ellas representan la revolución de la mujer en el ámbito público, la gran revolución de la mujer del siglo XX", señalaba en la inauguración la alcaldesa Carmen Heras.

Cada una de esas imágenes son un reflejo de un proceso gradual que no ha cesado desde ese otoño del 88, y que ha ido dando pasos al frente de la mano de cambios legislativos. Así, en 1989, la ley reguladora del régimen militar especificaba que en los procesos de selección no podría haber más diferencias que las derivadas de las condiciones físicas de hombre y mujer. Diez años más tarde se producía un hito en la consolidación de la igualdad, al aprobarse el Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, que les abre las puertas para cualquier destino profesionales de las Fuerzas Armadas. "El modelo español es uno de los más avanzados del mundo", enfatizaba Monasterio Rentería, que se refería a "la igualdad formal alcanzada en el ejército", con la implantación de la carrera militar en el 2007 y del desarrollo de mecanismos para conciliar la vida laboral y familiar.