Un año más llegamos al ‘Día de la mujer’ divididos mientras el machismo continúa ejerciendo su poder en muchas de las esferas de la sociedad. Existe una lucha clamorosa por hacerse con la bandera del feminismo que, si bien puede entenderse entre las organizaciones sociales que se han multiplicado en los últimos años, resulta incomprensible y muy perjudicial para la causa que tal división se de entre los partidos políticos. Todos deberíamos entender que la lucha por la igualdad no es una cuestión de ideologías, aunque estas tengan su sitio en matices, ni de partidos, que tienen el deber de mejorar los proyectos de ley y las disposiciones que surjan del gobierno.

Quienes se manifiestan reticentes con las demandas y logros de las mujeres deben tener presente que los cambios habidos son irreversibles y que las leyes que deben consagrar sus derechos lo serán también, de manera que si no cambian su postura pasarán al campo de los perdedores. Este movimiento surgió en la izquierda social y política y durante mucho tiempo ha tratado de ser vituperado por alguna gente significativa de la derecha tomando la parte por el todo y haciendo categorías de posturas exageradas o simplemente ridículas pero hoy es necesario unir fuerzas y partir de que el feminismo, con sus diferentes sensibilidades, no es propiedad de nadie sino una empresa en la que todos somos necesarios pues sin la complicidad de todos, o al menos de la gran mayoría, no se conseguirán los fines que se pretenden.

En la larga lucha de las mujeres por ocupar el puesto que les corresponde se han encontrado solas la mayoría de las veces hasta que poco a poco se han visto acompañadas por varones hasta llegar a nuestros días en los que si hacemos cuenta y volvemos la vista atrás comprobaremos que se han conseguido muchas cosas pero que la batalla aún no se ha ganado. En las últimas actuaciones se pone de manifiesto que una cosa es ir tras una pancarta y otra gobernar. En la primera se pueden comprender y perdonar excesos y utopías, pero en la segunda se necesita actuar con rigurosidad, pactar y acordar.

*Profesor