Periodista

El ´botellón´ tiene los días contados en la plaza Mayor. Durante esta semana se han dado los primeros pasos para trasladarlo al ferial, lo que será una realidad en unos dos meses, según las previsiones del propio ayuntamiento. Sin embargo, pese a lo fácil que pudiera parecer a simple vista, la cuestión abre numerosos interrogantes que, poco a poco, se irán resolviendo. Porque, ¿qué atractivos va a ofrecer el nuevo emplazamiento a los asiduos de la movida cacereña?. ¿No se está fomentando el uso de vehículos particulares para que muchos jóvenes puedan beber tranquilamente sin molestar a nadie? ¿no es un contrasentido cuando se dan tantos accidentes de tráfico? No hay que olvidar que cuando el ferial ha acogido grandes ´botellones´ ha sido por motivos muy concretos, como la feria, el Womad y los conciertos en el hípico.

El ferial, como alternativa al ocio juvenil nocturno, necesita algo más que depositar grava para evitar los encharcamientos, no basta con extremar la vigilancia policial o dotar de infraestructuras sanitarias a la zona, ni siquiera es suficiente ampliar la iluminación ni crear urinarios públicos, y menos cuando en los alrededores hay tanto campo donde dar fe de nuestras necesidades.

La alternativa del ferial como lugar idóneo para acoger la movida cacereña no será tal alternativa si lo único que se hace es poner parches al problema. Habrá que construir estos nuevos espacios haciéndolos atractivos para el usuario, que es, al fin y al cabo, quien elige cómo, cuándo y dónde se divierte. De lo contrario, cualquier intento por solucionar el problema del ruido caerá en saco roto.