"Es una carretera intransitable, viajo una vez a la semana de Cáceres a Villanueva de la Serena, pero ahora prefiero ir por Mérida, el tramo de Almoharín está imposible, todo es tierra, te cargas el coche", asegura Matilde Rodríguez con indignación. José Gil, que trabaja en Cáceres, va y viene casi a diario a Don Benito y, en cambio, prefiere utilizar una pista de servicio paralela al canal entre Almoharín y Miajadas. "Es una lata, pero qué le vamos a hacer", lamenta resignado.

Como ellos, cientos de personas se están viendo afectadas por las obras de mejora de los 10,5 kilómetros del tramo Miajadas-Almoharín de la carretera EX-206, de titularidad autonómica. Actualmente se ha levantado todo el asfalto --era inevitable por el mal estado que presentaba-- y la vía es de tierra, sin contar con garantías de seguridad vial. La situación no solo perjudica a los ciudadanos y empresarios de esta zona de regadío, sino a quienes viajan de Cáceres a las Vegas Altas y viceversa. Las quejas van cada día a más y ayer la Federación Empresarial Cacereña (FEC) emitió un comunicado en el que hizo público el descontento de diversos colectivos por "las pésimas condiciones" de esta "interminable carretera tercermundista".

El consejero de Fomento visitó las obras el pasado lunes. Al termino, José Luis Quintana anunció que estarán concluidas a mediados del año que viene. Tras mantener un encuentro con el alcalde de Miajadas, Antonio Díaz, el titular regional de infraestructuras declaró que "está trabajando para que los inconvenientes que genera esta obra se reduzcan al máximo". También envió un mensaje optimista: las incomodidades se reducirán en breve "puesto que se acometerán las capas superiores de la explanada y las primeras del firme, con lo que la calidad de la rodadura mejorará sensiblemente".

El Ayuntamiento de Miajadas reconoce que los vecinos están exigiendo "una pronta explicación y solución" al problema de la carretera. Las obras se desarrollan además con un problema añadido por la inexistencia de un trazado alternativo para las conexiones cortas en la zona de Miajadas, Almoharín, Alonso de Ojeda, Casar de Miajadas, Arroyomolinos, Valdefuentes o las tres Torres. Muchos vecinos conocedores de la zona están utilizando la pista de servicio del Canal de Orellana. Sin embargo, la FEC alerta a todos del "peligro que conlleva circular junto al canal, ya que en la mayor parte de su trazado el agua está por debajo de la pista".

Tanto Quintana como el alcalde de Miajadas insisten en que las obras persiguen "un correcto y seguro funcionamiento de la circulación, que traerá consigo el bienestar de los conductores", asegura Díaz.

Quienes sí utilizan rutas alternativas son cientos de conductores que viajan de la capital cacereña a Miajadas, Don Benito, Villanueva o Castuera. Una mayoría va por Mérida y otros por Trujillo. Se hacen más kilómetros y se gasta más combustible, pero compensa en términos de confort en la conducción.

En términos empresariales, la Federación Cacereña asegura que son muchos los colectivos que quieren denunciar ante la opinión pública los perjuicios económicos del estado actual de la obra para la economía de la zona. Pero también asegura que afecta "a muchísimos usuarios que tienen que desplazarse frecuentemente a la capital para acudir al trabajo, consultas médicas, gestiones administrativas y diferentes servicios". Además, desde la FEC se teme que la llegada del invierno agrave más la situación por el barro y los charcos.

La obra de mejora de este tramo de la EX-206, de 10.545 metros, supone una inversión de 7 millones de euros y se divide en dos partes: 1.520 metros correspondientes a la travesía de Almoharín y 9.025 metros del trayecto hasta la rotonda de las afueras de Miajadas, junto al cruce de las autovías.