"Hacemos muchísimos kilómetros de noche dando vueltas a la ciudad". Quien habla es uno de los agentes de la policía Nacional que, a bordo de un vehículo combi, en el que pueden viajar hasta ocho policías, realiza un turno de diez horas una madrugada cualquiera. De un polígono a un aviso de robo, el último, cuenta, de un ladrón al que pillaron in fraganti en una floristería de plaza Europa. Al día siguiente puede que en el lugar por donde pasaron varias veces esa noche se estuviera cometiendo un delito. "Hay ladrones que lo tienen todo bien planeado y otros que salen a por lo que sea", añade.

Cada madrugada, un mínimo de diez patrullas de las dos policías vigilan la ciudad. Lo hacen dividiéndola a su modo: la local, en dos hemisferios: este y oeste, trazando una línea recta imaginaria desde la avenida de Alemania hasta Héroes de Baler. Sus cuatro coches patrulla --con dos agentes cada uno-- peinan cada zona, incluso las peatonales donde entran con los vehículos. No van a pie. Las jefaturas de la local y Nacional se comunican por teléfono.

Según detalla Angel Carvajal, jefe de la policía local, un vehículo puede llegar a realizar hasta 70 kilómetros en una madrugada --el turno abarca de 23 a 7 horas-- y recuerda que, además de los ocho agentes, también permanecen operativos el jefe de servicio, un coche camuflado con otros dos, el servicio de grúa y el equipo de atestados para intervenir en accidentes o en controles de alcoholemia.

La policía Nacional tiene como mínimo cuatro vehículos en la calle, que se pueden ampliar hasta la media docena. El criterio para dar mayor o menor cobertura en vigilancia a una zona se basa en la población o la conflictividad que registre. Luis Ochagavía, comisario jefe provincial, pone como ejemplo los polígonos, donde se refuerza la vigilancia en épocas como Navidades por los robos, o en barrios donde se hayan recibido varias denuncias seguidas.

Colaboración y ayuda

"La noche es imprevisible. Lo que más nos preocupa es una reyerta. Y eso puede pasar cualquier día de la semana", remarca Carvajal, que recuerda que, aunque la local no tiene las competencias en seguridad ciudadana, "trabaja hombro con hombro con la Nacional".

En caso de que se registre una incidencia en un polígono, se da aviso a las patrullas, aunque siempre queda un retén para el resto de las zonas con el fin de que no queden desasistidas. Para los polígonos industriales como Charca Musia, Aldea Moret, Mejostilla o Capellanías, el dispositivo prevé que, si salta una alarma, acuda primero una avanzadilla para comprobar si es cierto mientras otro vehículo hace guardia en la entrada. Carvajal asegura que Cáceres "no es conflictiva nocturnamente. Los ciudadanos pueden estar más que seguros, aunque siempre puede saltar la liebre".

En esta misma dirección apunta el comisario, que remarca que "es un ciudad tranquilísima" donde la mayoría de los delitos se producen de día. Ochagavía sostiene que lo que más les inquieta durante la madrugada son los robos con fuerza en establecimientos y vehículos y afirma que la estadística pone de manifiesto que van bajando. El total de este año ronda los 140 cuando el pasado hubo más de 200.

Coordinados por un inspector o un subinspector, los agentes que trabajan de madrugada también patrullan en un camuflado. Para el comisario, el número de efectivos "es suficiente para Cáceres y está por encima de la media de otras ciudades". En cuanto a la colaboración con la local, subraya que "es total y absoluta". Todo, por la seguridad de todos.