Me da escalofrío cuando me pongo a escribir de este tema, no por la mala conciencia como algunos pudieran pensar, sino por la cantidad de opiniones que se pueden oír o que se pueden dar sobre esta cuestión tan delicada. Sabiendo de antemano que muchas de esas opiniones son justificadas, pero otras muchas son interesadas, partidistas y carentes del mínimo rigor.

Es de todos conocidos que en el año 2007 el gobierno español acordó con la Conferencia Episcopal que la Iglesia Católica sería solo financiada vía IRPF, no recibiendo ninguna ayuda por otros conceptos, es decir que si cero españoles/as decidieran ayudar a la Iglesia, ésta recibiría cero euros. Y digo esto porque la Iglesia acaba de despejar la X de la campaña de la renta 2014. Nueve millones de españoles/as rellenaron la casilla a favor de la Iglesia Católica, el 34,76% (34,88% en el 2013) del total de declarantes. No me parece una mala cifra, porque uno de cada tres de los que hicieron su declaración de la renta se mostraron dispuestos a ayudar y a apoyar la labor de los católicos. Lo que la Iglesia recibirá por este concepto serán doscientos cincuenta millones de euros. Extremadura se encuentra entre las regiones que más marcan la casilla, en total el 46% de los declarantes.

Las opiniones que decía al principio deben únicamente servir de estímulo y de acicate para que la Iglesia se cada vez más transparente en todo lo que dice relación con los dineros. Hay que dar explicaciones incluso antes que se pidan. Hay que aumentar el rigor en todo lo que dice relación con esta materia. Que todos sepan a donde va hasta el último euro de este dinero recibido gratuitamente de los españoles/as.

Once mil millones de euros es la cantidad que recibe la Iglesia católica cada año según los que piensan que no debería recibir nada. Y Es que consideran como ayuda directa a la misma, por ejemplo, los conciertos con centros escolares con ideario católico, y otras partidas más, pero ésta manera de contabilizar es por lo menos discutible y su explicación se escapa a la intención de esta columna. Contra la desconfianza (contando con la buena voluntad) solo hay un remedio mucha y buena información, solo así se pueden superar los equívocos.