Pom, pom, porróm, pom, pompón, pooorrooom, pooorrooom . El cielo amenaza lluvia, sopla ventisca, hace frío. Ya es noche cerrada y el ambiente se ha vuelto desapacible, pero ellos siguen firmes, estáticos y atentos, ensayando una de sus marchas habituales, Requiem . "Aquí estamos contra viento y marea, protegidos por los soportales del Espíritu Santo. Nos gusta, de otro modo no aguantaríamos estas sesiones de hora y media, cuatro días a la semana, ocho meses al año", explica Antonio Pablo, director de la banda del Humilladero. Lejos, en el Paseo Alto, la banda Cáceres 2016 lleva dos horas tocando y lo hace todos los días, de lunes a sábado. Más lejos aún, en el Polígono Ganadero, el Nazareno también sigue con su ensayo, que repite cuatro veces por semana, incluso cinco en los meses próximos a la Pasión.

Nunca fue más cierto el refrán ´a Dios rogando...´ , porque las tres bandas juveniles de la capital cacereña le dan a las baquetas y al mazo durante la mayor parte de su tiempo libre desde septiembre hasta abril, y llegadas las procesiones apenas duermen. Por ejemplo, Cáceres 2016 tocará durante treinta horas seguidas en seis desfiles penitenciales distintos entre Jueves y Viernes Santo. "No nos importa, nos preparamos durante todo el año para estos días, es la oportunidad de hacer lo que realmente nos gusta", afirma su joven director musical, Rubén Cantero, que forma parte del mundo de las bandas desde los cinco años.

De hecho, estas agrupaciones han evolucionado con los tiempos, y mucho. "Ya no somos los niños de las cofradías que tocaban las cornetas y los tambores, ahora somos agrupaciones independientes con una gestión propia", explica José Francisco Marín, del Nazareno. Por ejemplo, esta banda y la del Humilladero pertenecen a sus hermandades y reciben o han recibido alguna ayuda inicial, pero funcionan con sus propios directores, su economía y su organización. Cáceres 2016 va más lejos: se escindió de la Sagrada Cena porque prefiere no depender de ninguna y estar a la vez al servicio de todas las que le reclamen.

Andalucía: hasta 10.000

Precisamente, en este aspecto sí que se han producido grandes cambios. Las bandas cacereñas le ponen tanta pasión que son llamadas de toda Extremadura, incluso desde Andalucía, para tocar en sus procesiones, lo que complica un poco más las apretadas agendas de Semana Santa. Aun así deben apurar al máximo, porque los ingresos de estos días sirven para autofinanciarse todo el año, o casi (instrumentos, indumentaria...). Existe otro problema, y es que las cofradías cacereñas solo pagan unos 600 euros por procesión, frente a los 3.000 o 4.000 que ofrecen Mérida o Badajoz, o los 3.000, 6.000 e incluso 10.000 de Andalucía.

Pese a ello, las bandas cacereñas mantienen sus compromisos año tras año con las hermandades de la ciudad aunque reciban otros contrato para los mismos días. "Nosotros, por ejemplo, hemos rechazado una procesión en Ceuta por la que íbamos a recibir 10.000 euros porque nos coincidía con otra de aquí", explica el director de Cáceres 2016, que durante Semana Santa tiene compromisos con desfiles penitenciales de Badajoz, Alcuéscar y Cáceres (varios). El Nazareno, por su parte, tocará en Plasencia, Cádiz (allí les pagarán 3.600 euros además del transporte) y Cáceres (también varios); y el Humilladero ha copado su agenda con siete procesiones en la capital cacereña. Y aunque las bandas son reclamadas cada vez con más frecuencia en otros actos al margen de los ocho días de la Pasión (certámenes, recitales, pregones...), sin duda esta semana sigue siendo crucial y la más especial para todos sus miembros. "Es casi un vicio que puede con cualquier cansancio" confiesa Rubén Cantero.

El nivel de autoexigencia va lógicamente aumentando en la misma proporción, de ahí los en-