Un ídolo es la imagen de un dios representada por un objeto que es adorado, de modo que lo idolatras. Lo bueno es cuando descubres que tus ídolos no son objetos sino personas de carne y hueso capaces, por ejemplo, de regalarte una canción con la que te alegran el día.

El primer concierto que Loquillo dio en Cáceres fue en la plaza de toros a finales de los 80. Se montó una buena bronca, el cantante acabó con el cable del micrófono roto y hubo gente que terminó declarando en comisaría. Aquella noche actuaron como teloneros Coup de Soupe y el escenario lo colocaron como a la mitad del coso. Después Loquillo ha venido muchas más veces a Cáceres, de la mano de Manolo y Paco Lobo, que lo trajeron al Auditorio y lo llevaron al Corral de las Cigüeñas de Luis García y, después, gracias a Angel Romero, que lo incorporó a su cartel de Extremúsika.

Hay una canción de Loquillo que marcó al Cáceres de los 80. Se titulaba El ritmo del garaje . La ponían en el Rita, el Por Ejemplo, el Blues y el Ariadna. Contaba la historia de un chico rebelde que tenía una banda de rock and roll, a la que su futura suegra no miraba con buenos ojos porque su hija iba del brazo de un chico supuestamente poco recomendable para ella.

El lunes volvimos a ver a Loquillo en la Casa de la Mujer (enhorabuena Maribel por tu dedicación), donde se organizó la jornada Mujer y medios de comunicación . Y allí estaba Loquillo, ídolo a punto de cumplir años, defendiendo caminos alternativos a las churris con traseros despampanantes y a los jugadores de contratos millonarios que imperan como modelos de nuestra sociedad.

Al acto acudió la vicepresidenta de la Junta, Lola Pallero, la alcaldesa, Carmen Heras. Vimos a Fernando Solís y nos dio mucha alegría el reencuentro con Vicente Pozas.

Nació en Navasfrías pero con 1 año César David Montero ya vivía en Cáceres. El hijo de César y María Victoria estudió en el colegio Padre Damián, que estaba donde está Pelín. Le daba clase doña Paula. Luego hizo hasta 8º en el Nazaret, con don Antonio, que era muy serio y daba Historia, y la señorita Manoli, que era muy dulce.

César David fue un bachiller del Padu, con Sebastián Paniagua, José Mariño y Salvador Calvo Muñoz como profesores. Como siempre destacó en Dibujo Artístico, a los 14 años César David ingresó en la Escuela de Bellas Artes de la diputación. Tizón y Narbón lo enseñaron a dibujar. Después se fue a la facultad. Su primera obra llevaba por título Progenote , como la primera célula, hecha en madera y piedra.

A Teresa Sancho la conoció en San Jorge cuando ella llevaba el centro de exposiciones en el 92, y rápidamente se sintió atraído por el temperamento y las ganas de vivir de su mujer. El miércoles, César David inauguró su exposición Naces, eres, mueres, tierra . Cáceres debería incorporar a su listado de ídolos de carne y hueso a César David por la grandeza de su obra, que ahora llena de figuras de hierro la ciudad monumental, pero sobre todo por la grandeza de su corazón.

Fue el sarao de la semana. Estaban la consejera Leonor Flores, la alcaldesa, Silvia González, Luis Acha, Juan Pedro González, Remedios, Paco Rebollo, Javier Sevilla, que huele a Chanel Sport, Guida María y Mercedes, la mujer de Vostell.

Mercados solidarios

Benito Polo Vidarte es el dueño de Vidarte, la tienda de Doctor Fleming que lleva dando arte a esta ciudad 33 años. Hace 20 que organiza el mercado navideño cuyos fondos se destinan al comedor de las hermanitas de la Caridad. Veintidós autores ceden sus obras y hay piezas desde 12 euros. Vimos a Emilio González, Juan Jiménez, Hilario Bravo y sus ninfas de papel. Nos gustó, por su originalidad, la creación de Jesús David Floriano.

Hacía varias semanas que no veíamos al peperío , algo que había generado en nosotros gran inquietud. Pero el viernes, en la casa de cultura de Moctezuma el peperío ganó por goleada: Elena Nevado, Candi Bello, Valentín Pacheco, Joaquín Rumbo y Luis Fernando Gallego frente a Lillo-glam , la única concejala del PSOE que fue a las migas de Hispanoamérica, de nuestro amigo Raimundo Medina.

Allí conocimos a Conchi Vaz, que vive en La Lejostilla y que nació en el Palacio de Godoy (la Casa de la Madre, ¿se acuerdan, verdad?) y se crió en la calle Castillo.

De carne y verso da título al disco que el jueves Manuela Roque presentó en el Gran Teatro dentro de la programación del Play. Elegante y desgarrada, la bombonera cacereña se emocionó ante la cantante en su tributo a Carlos Cano. La voz en off la puso Marce Solís y la otra parte de la magia Quini, el saxofonista. Manuela cantó Mi amiga Rigoberta . Simplemente podemos decir: genial.

Ya es Navidad. Termina la cena en Eustaquio Blanco, entramos en Barroco. Y en lo más alto de la cima del pub de La Madrila, David Vivas pincha Libertad, libertad, sin ira libertad y un manto de brazos en alto y manos entrelazadas se desata. Entonces vemos a Cáceres, con su cuerpo de alondra y su picarona sonrisa. Y la acariciamos como quien acaricia a una manzana, a una caracola, a una diosa de carne y hueso.