La diputación puso punto y final ayer al acuerdo que mantiene desde 1988 con el Ayuntamiento de Cáceres por el que los bomberos de la institución provincial actúan en la capital. La causa de la ruptura: el "incumplimiento del convenio por parte del ayuntamiento", que desde 1999 no paga su parte por la prestación de este servicio en la ciudad. La deuda asciende a 2,3 millones de euros.

El pleno de la diputación acordó por mayoría, con los votos a favor del PSOE y la abstención del PP, la denuncia del convenio, con lo que se pretende forzar la negociación de un consorcio y el pago de la deuda.

La denuncia del convenio no dejará a Cáceres desasistida de bomberos, aunque el coste de cada servicio tendrá que abonarlo el ayuntamiento porque a partir de la entrada en vigor del acuerdo de ayer, "el Sepei carece de competencias en la ciudad", según dicho documento.

El diputado del Servicio de Extinción de Incendios (Sepei), José Félix Olivenza, defendió la decisión porque "no queda otra salida ante el reiterado incumplimiento". El presidente de la diputación, Juan Andrés Tovar, señaló que la diputación "seguirá prestando el servicio" y confió en que se llegará a un entendimiento con el ayuntamiento, pero concluyó: "No podemos mendigar lo que es nuestro".

La raíz del problema es que la ley establece que los municipios de más de 20.000 habitantes --como Cáceres y Plasencia-- deben tener su propio parque de bomberos municipal, como ocurre en Badajoz. O bien constituir un consorcio, en el que cada institución cofinancie los servicios.

El Ayuntamiento de Cáceres reconoce la deuda con la diputación, que se disponía a negociar ahora. El edil del PP Manuel Rodríguez recordó que el Sepei se halla en suelo municipal y que el martes se prevé estudiar su ampliación. El PP cree que la decisión es una revancha por la visita del alcalde a los bomberos durante la huelga de hambre.