La alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, ha insistido hoy en que en momentos de crisis "no se pueden gastar más de 10.000 euros en cursos de risoterapia", como ocurrió en la anterior legislatura, una inversión que ha defendido la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, que ha declarado que supone una "oportunidad de trabajo".

Ambas han participado en la inauguración del seminario "Hacienda, Fiscalidad y Deuda de las Administraciones Locales. Génesis histórica y retos actuales", organizada por la Fundación Caja Extremadura.

En el acto de inauguración oficial se ha producido un debate dialéctico entre las dos dirigentes, referente a la inversión de 10.000 euros que el equipo de la ex alcaldesa Carmen Heras, del PSOE, destinó a la celebración de los talleres.

La regidora cacereña ha dicho que los recursos de la Administración local deben destinarse a mantener "servicios básicos, e inversiones productivas para que no se paralice la actividad".

Ha apuntado que la crisis afecta a las familias, entidades financieras y, "con especial virulencia, a los ayuntamientos, que no pueden permanecer inmóviles".

"Los tiempos han cambiado, y también deben hacerlo las políticas y los políticos. Las herramientas que tenemos desde las administraciones locales incluye el control del gasto, la racionalización y la eliminación del despilfarro que durante muchos años ha marcado la política de algunos gobiernos", ha declarado.

Así, la alcaldesa ha subrayado que "hacer más con menos es la primera opción" del Gobierno municipal de Cáceres, y del Ejecutivo de Extremadura, para "invertir en las cosas realmente importantes".

Por su parte, la delegada del Gobierno ha aprovechado su intervención en la inauguración del congreso para transmitirle a la alcaldesa cacereña que los talleres suponen "una oportunidad de trabajo a jóvenes emprendedores, que quieren hacer de la risa su profesión legítima y loable".

Según ha declarado, "los ayuntamientos tienen muchas competencias, entre otras mejorar la calidad de vida de los ciudadanos".

"Al hacer reír a niños y enfermos terminales, poder hacer reír a personas dependientes, o ancianos que viven solos, se está mejorando la calidad de vida de esos ciudadanos", ha expresado Carmen Pereira.