Decenas de familiares y amigos despidieron ayer en medio de la conmoción y el dolor a los jóvenes Santiago Cruz y Vanesa Corchero, fallecidos el domingo de madrugada en una nave de Charca Musia por la inhalación de monóxido de carbono del tubo de escape de un coche. La investigación judicial continúa abierta para esclarecer las circunstancias de la muerte, aunque todo apunta a un hecho accidental.

Los funerales por las víctimas se oficiaron por separado. La iglesia del Espíritu Santo de Cáceres se llenó para dar el último adiós a las once de la mañana a Santiago Cruz, de 22 años. El párroco de la misma, Francisco Delgado, ofició la homilía. Reconoció que no hay palabras para calificar los sentimientos que provocan estas muertes "traicioneras y tan repentinas" e intentó transmitir consuelo a la madre y a los hermanos del fallecido, entre los que se vivieron intensas escenas de dolor. Santiago Cruz, huérfano de padre, era el mayor de cuatro hermanos. La presencia de los medios de comunicación en la iglesia causó malestar.

CONMOCION EN ALISEDA Media hora antes se ofició la misa funeral por Vanesa Corchero, de 24 años, en la parroquia de la Asunción de Aliseda. El templo se quedó literalmente pequeño para acoger a las decenas de familiares, amigos y a los numerosos vecinos del pueblo, incluida la alcaldesa Claudia Moreno, que quisieron acompañar a la familia de la joven, originaria de esta localidad aunque reside en el barrio de Moctezuma de Cáceres.

Tras el acto religioso, que presidió el párroco Juan Antonio Aroca, el cortejo fúnebre se trasladó al cementerio de la localidad, donde se depositaron los restos mortales de la joven.

INVESTIGACION DEL CASO Aunque todo parece apuntar a que la muerte de la joven pareja fue accidental, el Juzgado de Instrucción número 3 mantiene abierta la investigación para aclarar al máximo las circunstancias de la misma, según confirmaron fuentes judiciales. Estas mismas fuentes explicaron que de los informes practicados hasta el momento se deduce que la muerte de los jóvenes se debió a causas fortuitas y casuales, sin que existan indicios criminales.

A pesar de ello, el juzgado ha ordenado que se continúe la investigación y que se practiquen nuevas pruebas periciales para determinar con exactitud lo que ocurrió en el interior de la nave del número 10 de la calle Mar Caspio, donde se hallaron los cuerpos sin vida de la pareja junto a un coche en marcha.

Según relataron miembros de la familia del chico, la pareja había salido a cenar y de fiesta con unos amigos el sábado por la noche. Se despidieron de ellos sobre las tres de la madrugada y se supone que poco después llegaron a la nave, en la que guardaron también el coche. La hora exacta de la muerte está por determinar. Los cadáveres fueron descubiertos a las 8.30.

La hipótesis que en principio han barajado los responsables de la investigación es que los jóvenes pusieron el coche en marcha para encender el aire acondicionado. Sin embargo, uno de los familiares que halló los cadáveres relató ayer a este diario que el sistema de refrigeración de ese vehículo funcionaba mal. "Lo más seguro es que estuvieran escuchando música con el motor apagado y que lo arrancaran para cargar la batería, que la tenía baja", aseguró. Los jóvenes fallecidos habían cumplido este mes un año de novios.