Ser mujer y dedicarse a una actividad empresarial en pleno siglo XIX no era normal ni común en la sociedad extremeña de la época, si encima era ser propietaria de un teatro que para mayor perversión llevaba el nombre de Variedades, tenemos un hecho inédito en la historia local y regional. Entrar en contacto con la figura de Juana Elguezabal Leguinazabal, nacida en 1842 en la localidad vizcaína de Derio, es un encuentro con una mujer de fuerte personalidad que dedicó la fortuna heredada de su tío, el notario Saturnino González Celaya, a construir un teatro en Cáceres que, desde 1886 hasta 1914, fue parada y fonda para compañías de todo pelaje que encontraron en este lugar un espacio para buscarse la vida y sentir los cálidos aplausos de los cacereños. El teatro Variedades o teatro de Doña Juana estaba en el corral de su casa en la calle Nidos 5, aunque su entrada era por Moros 8. Con su fallecimiento en 1914 desaparecía una mujer adelantada a su tiempo, de profundas convicciones sociales, que supo hacer del teatro algo más que una forma de vida. Pues Doña Juana, la del teatro, es por méritos propios un personaje clave para entender mejor el mundo de las ideas y de las transformaciones sociales del Cáceres de finales del XIX.