El peatón gana terreno en Cáceres desde 1995, pero lo hace poco a poco. La Ciudad Monumental fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986 y desde entonces tardó nada menos que 17 años en restringir el acceso de los vehículos. Incluso aquel primer sistema de pivotes móviles tenía demasiadas carencias y hasta 2016 no se instaló uno nuevo de detección por cámaras. Hace unos días se ha anunciado la última peatonalización prevista: Obispo Ciriaco Benavente, Clemente Sánchez Ramos y Obispo Segura Sáez pondrán coto definitivamente a los coches en 2018. Dentro de un mes comenzarán los cortes parciales cada sábado.

Peatonalizar no es fácil. Hay que adecuar las calles, ofrecer aparcamientos alternativos, encauzar el flujo de vehículos hacia otras zonas, invertir en sistemas de cierre y afrontar las quejas de ciudadanos y negocios que se sienten afectados. Es un proceso que camina lento en Cáceres, pero hay que admitir que no ha parado. La primera conquista peatonal se logró en la calle San Pedro, en el primer tramo de Donoso Cortés y en la Ciudad Monumental allá por 1995, durante el mandato del alcalde Carlos Sánchez Polo. «Debíamos tomar ese camino», recordó años más tarde la entonces concejala de tráfico, María Fernanda Sánchez.

El recinto intramuros volvió a abrirse un año más tarde hasta que se diesen mejores condiciones para su cierre al tráfico, y así ocurrió en febrero de 2003, con José María Saponi en la alcaldía, una vez inaugurado el parking de Galarza en 2002. Por entonces también se adjudicó la ejecución del parking del Príncipe. En una década se habían eliminado 350 aparcamientos del casco viejo (Galarza, Damas, plaza Mayor...).

Aquel mismo año de 2003, ya en otoño, llegaron los pivotes a Roso de Luna y a todo el tramo de Donoso Cortés, después de una reforma de esta zona que se elevó a 315.000 euros. El proceso iba tomando forma y acelerando el paso. Tanto que en 2004, tras otra extensa obra de 500.000 euros con materiales nobles, se peatonalizó un área muy simbólica del casco viejo: plaza de la Concepción, General Ezponda, Santo Domingo, Cruz y Ríos Verdes. Y si seguimos con los símbolos, en 2006 se inició la puesta a punto de Caleros y Tenerías con un 1 millón de euros, para quedar restringidas al tráfico general en octubre de 2008, ya con Carmen Heras como alcaldesa. Le siguió la calle Nidos, acotada en 2009.

Uno de los grandes hitos llegó en 2011 con la peatonalización de la plaza Mayor (reformada con 4 millones de €) y de las calles Gran Vía y Gabriel y Galán. También se liberó de aparcamientos la plaza del Duque.

Hubo que esperar cinco años hasta la siguiente fase. En la primavera de 2016, la calle San Pedro de Alcántara quedó limitada solo al tráfico de vecinos y emergencias, junto con el primer tramo aledaño de Santa Joaquina de Vedruna y de Ciriaco Benavente, con Elena Nevado en la alcaldía. Ya en septiembre de 2016 entró en funcionamiento en párking de Primo de Rivera, clave en la próxima peatonalización prevista para 2018 que acotará todo el área comprendida entre los Múltiples, San Pedro de Alcántara, Cánovas y Virgen de Guadalupe.