Fue un mal trago, un susto para los clientes y empleados de la sucursal, pero todo transcurrió con rapidez y nadie resultó herido. Los hechos tuvieron lugar a primera hora de la mañana de ayer en la oficina de Caja Duero situada en la calle Manuel Pacheco, una vía que bordea el residencial Castellanos paralela a la N-630. Dos atracadores provistos de sendas pistolas entraron en el interior y lograron darse a la fuga con el botín tras intimidar a usuarios y trabajadores. Las fuerzas del orden establecieron controles y realizaron investigaciones durante toda la jornada, aunque al cierre de esta edición aún no había trascendido ninguna noticia sobre sus identidades, posible paradero o detenciones.

El uso de pistolas no es frecuente en los delitos de este tipo que se cometen en la capital cacereña. Además, los ladrones actuaron a cara descubierta, sin ninguna prenda que ocultara sus rasgos físicos. Ambas circunstancias permiten pensar a la policía que los autores no tienen vinculación con la ciudad, aunque los agentes de la Comisaría estaban estudiando ayer ésta y otras pesquisas.

El atraco se produjo en torno a las nueve y media de la mañana, cuando los ladrones accedieron a la sucursal y encañonaron con sus pistolas a una empleada que se encontraba en el búnker, así como a un cliente que había acudido para realizar algunas gestiones. Según fuentes de la entidad, en ese momento se procedía a la carga del cajero automático y la caja estaba abierta. Los atracadores actuaron con gran rapidez llevándose un botín que ayer no pudo ser precisado por los responsables financieros, hasta realizar un cálculo más exacto.

CELERIDAD Y CAUTELA

Los ladrones actuaron con tal celeridad y sigilo que ni siquiera se percató el director de la sucursal, ni los dos clientes que atendía en su despacho. Los testigos tampoco pudieron precisar el método utilizado para huir, según fuentes de Caja Duero.

El dispositivo se puso en marcha de inmediato, con controles de carretera y rastreos en algunas zonas de la ciudad y descampados por parte de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local. Las cámaras de seguridad de la oficina consiguieron grabar algunas imágenes, que los especialistas de la Comisaría intentaban reproducir ayer con la mayor nitidez. "Si realmente han entrado a cara descubierta, podremos identificarlos casi con seguridad", indicaron.

La entidad tiene once sucursales distribuidas por distintos puntos de la ciudad y numerosas oficinas repartidas por la provincia, que a lo largo del año no han registrado ningún atraco, salvo éste. En concreto, la sucursal de Manuel Pacheco ha sufrido varios robos anteriores por su especial ubicación en las afueras de Cáceres y a escasa distancia de la carretera Nacional 630 (permite emprender la huída en distintas direcciones). Responsables de Caja Duero anunciaron ayer el estudio de medidas de seguridad para paliar esta situación.