El grupo de ciudadanos que ha realizado durante los últimos meses una campaña de recogida de firmas contra las molestias que provocan los incendios de la escombrera la Labradora, la única autorizada de la capital cacereña, entregó ayer en la jefatura de la policía local las aproximadamente 2.000 rúbricas que ha reunido para solicitar que tales situaciones no vuelvan a repetirse. La campaña comenzó a principios de octubre debido a las quejas generalizadas contra las nubes de humo y los malos olores que desprenden los incendios, a veces varios días seguidos, ya que los rescoldos permanecen activos bajo los escombros.

De hecho, el último fuego se prolongó durante agosto y septiembre. Los bomberos llegaron a descargar 28.000 litros de agua en una mañana, y aun así fue imposible extinguirlo.

A mediados de octubre, el ayuntamiento ordenó el soterramiento de los escombros con grandes cantidades de arena, el único método para sofocar las llamas, y desde entonces no se han producido grandes incendios, aunque puntualmente sí se han divisado columnas de humo. Además, los técnicos municipales se pusieron a trabajar con la empresa responsable de la escombrera, Santano, para atajar de una vez este problema que se repite hace años.

EL PROBLEMA PERSISTE Aun así, los ciudadanos insisten en que a veces siguen llegando humos y malos olores, aunque en menor medida, y por ello han seguido con su campaña hasta la entrega de las firmas. "Queremos que las soluciones sean efectivas, no nos gustaría volver a pasar por lo mismo, con la casa llena de humo y las puertas y ventanas cerradas", explica uno de los ciudadanos, residente en Nuevo Cáceres.

El grupo ha recorrido numerosas barriadas cacereñas, muchas afectadas por las nubes que emanan de la Labradora: Castellanos, Aldea Moret, Perú o Cabezarrubia o Nuevo Cáceres.

Al margen de este problema, recordar que la empresa que tiene la concesión del vertedero, Santano, fue objeto de un expediente sancionador por 12.000 euros al cobrar a los usuarios de la escombrera tasas superiores a las recogidas en el pliego que regula el servicio.