Sí estuvieron la madrugada del 9 de octubre del 2005 en el piso de J. C. P., que nueve días después murió de una hemorragia intracraneal, pero fue el otro el que le golpeó. Esta fue la declaración que, tanto Israel D. S. G. como Rafael A. S., los dos exsoldados del Cimov acusados de matar a palos a un vecino del Bloque C de la calle Ródano, mantuvieron ayer en el juicio que por Tribunal del Jurado se celebra contra ellos en la Audiencia.

El fiscal y el abogado de la familia del fallecido, a la que representa el letrado Angel Luis Aparicio, hacen a ambos responsables de la muerte de J. C. P. y les imputan un delito de asesinato con alevosía, pero los acusados se culpan el uno al otro de los hechos. Sus abogados, por su parte, cuestionan que la víctima falleciera a consecuencia de los golpes que supuestamente le propinaron ambos, y por ello mantienen que tan solo podrían ser acusados de un delito de lesiones, pero en ningún caso de asesinato.

Tras dos horas en las que tanto la fiscal como los abogados de la acusación y las defensas explicaron a los miembros del jurado sus versiones de los hechos que se iban a enjuiciar, a las 12.00 horas se iniciaba la toma de declaración a los dos acusados.

HECHOS Y VERSIONES Lo que parece de entrada demostrado es que ambos acusados, en compañía de otros dos jóvenes, todos ellos entonces soldados del Cimov, acudieron sobre las cuatro de la madrugada del 9 de octubre del 2005, en taxi, al Bloque C de la calle Ródano, porque Israel o Rafael --cada uno dice que fue el otro-- había comprado 1 gramo de cocaína por 60 euros y era mala.

Ya en el lugar, con un palo de los que se sujetan los árboles, que según Israel "me dijo Rafael que cogiera porque el barrio al que íbamos, que yo no conocía, era muy chungo", y que Rafael dijo "llevaba Israel", subieron al piso de J. C. P., derribaron la puerta --según lo acusados la puerta estaba abierta-- y dirigiéndose al dormitorio de J. C. P., que estaba tumbado en la cama, le golpearon varias veces en la cabeza con el palo que portaban. Fiscal y acusación mantienen que le golpearon ambos, pero Israel aseguró que lo hizo Rafael y este que lo hizo Israel.

También se acusan mutuamente de haber sufrido, tras lo sucedido, amenazas por parte del otro, coacciones para evitar que hablaran. Así lo manifestaron ambos ante la pregunta de por qué, si no había hecho nada, no denunció al otro por apalear a J. C. P. Rafael señaló: "porque yo era soldado profesional, había firmado un contrato de tres años con el Ejército, e Israel me amenazó con decirle a los mandos que tomaba droga"; y por su parte Israel indicó: "No dije nada para evitar cualquier problema, pues tenía antecedentes penales y Rafael me amenazó con decir que yo también había participado en la agresión".

Finalmente será un jurado popular, integrado por 5 mujeres y 4 hombres, más 2 hombres como suplentes, el que habrá de decidir si Israel D. y Rafael A. S., son o no culpables de asesinato. Lo harán teniendo en cuenta las pruebas y las declaraciones de los acusados y los testigos, peritos y forenses que, al menos también durante la jornada de hoy, declararan en el juicio.

Ayer ya lo hicieron, entre otros y además de los acusados, el taxista que les llevó a la calle Ródano, que confirmó que dos fueron al bloque y los otros dos se quedaron con él "y les dije que acudieran a la policía cuando tras oír unos golpes nos fuimos rápidamente al creer que les habían disparado a sus compañeros"; así como uno de estos y el agente que le tomó declaración. Ambos lo hicieron por videoconferencia desde Barcelona.

Aunque el primero mantuvo que no recordaba haber hablado al día siguiente de lo sucedido con los dos acusados, el agente señaló que cuando le tomó declaración tras los hechos él señaló que cuando los vio en el cuartel "le dijeron que habían reventado la puerta de una casa y habían golpeado a un individuo", así como que ambos "le amenazaron para que no dijera nada a la policía".