"Hay una que es como sal y a otra le dicen chocolate, lo vi un día en Los hombres de Paco ". Esas son las drogas que conoce Janet Vargas, de 9 años, aunque de sus efectos tiene ya una lección aprendida: "Son malas, uno se muere con ellas, ¿no?. Yo tenía una prima que se murió por eso".

Una docena de niños de Aldea Moret como Janet Vargas, de entre 5 a 11 años, participan desde ayer en la Semana Contra las Drogas que organiza la Fundación Secretariado Gitano con la colaboración de otros colectivos, el ayuntamiento y el Plan Nacional contra la Droga.

"El primer contacto con el tabaco o el alcohol es a los 11 o 12 años y a los 15, muchos prueban ya drogas más duras", explica Raquel Corchero, coordinadora de la iniciativa. "Buscamos que eviten tener que consumirlas para darse cuenta de cuáles son sus efectos", añade. Se ha elegido Aldea Moret porque "es el mayor foco de drogas de la ciudad y los chavales tienen más riesgo de caer en ese mundo", reconoce Corchero.

La actividad comenzó ayer con dos talleres, uno de teatro y otro de conocimiento de conceptos y síntomas que produce el consumo de estupefacientes. En el de teatro, se ensaya El vendedor de mentiras que se escenificará en los próximos días.

Ismael Molina, de 11 años, encarna a un mago que vende productos milagrosos. Una estrella que te convierte en atleta, una flor cuyo olor te hace flotar... La versión de un camello con varita mágica que, les dice Corchero, "vende un mundo ideal que no existe". "Sí porque las drogas matan", opina convencida Azahara, de 7 años. Ahora, sólo hay que esperar a que lo recuerde dentro de unos años.