Las cifras que maneja la Comisaría Provincial son sorprendentes: el 80% de los delitos contra la propiedad cometidos en la capital cacereña están relacionados con la droga, en su mayor parte robos perpetrados por consumidores adictos que necesitan dinero constante para comprar sustancias estupefacientes. Y el dato más curioso: detrás de estas sustracciones apenas se esconden unos 25 delincuentes.

"De ellos, unos cinco son detenidos entre 20 y 30 veces al año", explican fuentes de la comisaría, que no quieren pronunciarse sobre la diligencia de la Justicia. "Nosotros nos limitamos a cumplir con nuestra tarea", subrayan.

DINERO FACIL Y RAPIDO

La mayoría de los delitos contra el patrimonio son robos en el interior de vehículos (casetes, CD, efectos personales...), así como sustracciones en establecimientos, pequeños hurtos o los denominados robos al descuido. "En el lenguaje policial estos delitos se conocen como sirlas . Son acciones rápidas. Van a lo fácil para conseguir dinero al instante y poder cambiarlo por una dosis lo antes posible", explican expertos de la lucha antidroga.

Los consumidores de estas sustancias a veces se convierten en camellos para no caer en los robos, es decir, asumen los riesgos de la venta de estupefacientes con el fin de obtener beneficios y poder costearse su propia dosis.

La mayoría de los drogodependientes que recurren a la delincuencia están enganchados a la heroína, una de las sustancias más devastadoras tanto para la salud como para la forma de vida de las personas que caen en sus redes. "Salen a robar frecuentemente y suelen vender los efectos sustraídos con rapidez para conseguir dinero y comprar la droga. A veces tienen tanta prisa que canjean directamente los objetos por la dosis al propio vendedor", indican los agentes.