Fue una auténtica cena de príncipes, incluidas las perdices y el talante feliz de los comensales. Carolina de Mónaco y su marido Ernesto de Hannover, que según avanzó ayer EL PERIODICO han decidido pasar el fin de semana acompañados por sus cuatro hijos en el complejo cinegético Santa Cristina, a unos 20 kilómetros de Cáceres, recibieron el sábado la visita de la infanta Elena y Jaime de Marichalar para cenar juntos en la casa-palacio Las Golondrinas, situada en el mismo coto. La infanta tuvo el detalle de desplazarse hasta la finca para saludar a su primo Ernesto de Hannover. Llegó por la noche junto a su esposo, compartieron una cena animada, donde quisieron recibir incluso una charla distendida sobre el patrimonio de Cáceres, y ambas familias partieron por la mañana tras pernoctar en la finca.

Este diario pudo captar la imagen de la expedición monegasca al llegar ayer al aeropuerto de Talavera la Real para el regreso. En esta ocasión, el matrimonio Hannover-Grimaldi ha disfrutado de la compañía no solo de sus cuatro hijos (Andrea, Carlota, Pierre y la pequeña Alexandra), sino de varios amigos de éstos, hasta un total de 15 jóvenes, que se han alojado en el hotel El Labriego , junto a Plasenzuela, en lugar de en Las Golondrinas, donde sí se ha acomodado el matrimonio.

Todos han cazado juntos, y según testimonios muy cercanos, lo han pasado realmente bien, llegando a sumar unas 300 perdices. No en vano se trata de uno de los cotos más exquisitos, con 500 hectáreas de superficie, gestionado por Fernando Díaz de Bustamante, hijo del que fuera alcalde cacereño. Allí caza la realeza europea, grandes empresarios y personajes de primera fila.

Carolina y su familia llegaron a la finca el jueves, y no el viernes como trascendió en un principio. Precisamente dedicaron toda la jornada del viernes a la caza y almorzaron en Las Alberguerías, una bella casa palaciega en medio de la dehesa entre Cáceres y Trujillo. Tomaron un menú sencillo, viandas ligeras como patatas asadas y Torta del Casar, un producto que hace las delicias de la familia monegasca y por ello su anfitrión, Fernando Díaz de Bustamante, siempre se encarga de tenerlos bien avituallados .

Lentejas para recuperar

El sábado cazaron en Aguas de Verano y comieron en Pizarroso, otras fincas del mismo coto. En esta ocasión recobraron fuerzas con exquisitas lentejas, de las que dieron buena cuenta. "Son gente muy normal, les encanta la comida sencilla", comentaron personas cercanas.

Por la noche recibieron a los duques de Lugo, que viajaron sin sus hijos. Durante la cena, con las perdices como principal argumento gastronómico, también estuvo presente Luis Acha Iturmendi, presidente de la fundación cacereña Mercedes Calle, que les ilustró sobre el patrimonio de la capital cacereña, del que ambos matrimonios son buenos conocedores. Carolina recorrió el casco histórico por última vez en el 2001 junto con su actual esposo tras una de sus frecuentes visitas al coto Santa Cristina.