El lunes, el Partido Popular, oposición en la Diputación de Cáceres, abandonó un pleno. Luego reunieron a la prensa para dar explicaciones y exponer sus quejas. La misma conducta tuvo el grupo socialista del ayuntamiento no hace mucho tiempo. ¿Para eso se han presentado a las elecciones? Uno se presenta para, si resulta elegido, actuar en las instituciones, porque para reunir a la prensa, hacer manifestaciones y llevar pancartas o enviar escritos a los periódicos no es necesario ser político.

Es en las instituciones donde el político debe ejercer su papel. Y si existen comportamientos que deben denunciarse, han de hacerlo allí. Y si son bastante graves, llevarlos a los tribunales. Salirse de un pleno es huir con el rabo entre las patas y demostrar la incapacidad de asumir su papel y su ignorancia para saber sacar provecho de los reglamentos.

A veces los equipos gobernantes abusan en su interpretación de los reglamentos. Por eso no sería la primera vez que un tribunal considera conculcados los derechos de la oposición. Pero para lograrlo hay que estar en el lugar en el que se debe estar. ¿Qué dirán los ciudadanos si durante su ausencia se aprueban temas que ellos no aceptan y que habían confiado mediante sus votos en ese partido para defenderlos? La oposición es dura, pero no imposible.