El edificio del Banco de España sólo puede utilizarse para un uso público, y con su actual clasificación no se podría vender para la ejecución de viviendas. El plan de urbanismo da distintas posibilidades para los edificios catalogados como públicos, que pueden utilizarse para un hotel, un colegio, una biblioteca, una iglesia, un local deportivo, un centro administrativo, un museo, una academia, un teatro, una residencia sanitaria y hasta para un casino. Pero nunca un bloque de pisos, salvo que se incluya en la revisión del plan general un cambio de utilidad para este edificio, algo que, de momento, no se ha planteado.

Con su clasificación actual tampoco se podrían edificar más plantas, ahora tiene cuatro, a pesar de que está rodeado por bloques de viviendas de ocho, nueve y diez alturas.

Este edificio, a diferencia de lo que ocurrió con el chalé de los Málaga, que la Junta declaró bien de interés cultural con la categoría de monumento, no está catalogado y carece de una protección que imposibilite su derribo o demolición.

En la misma situación que el edificio del Banco de España se encuentran otros igual de significativos para la ciudad, como el hospital provincial, el Múltiple, la sede de la Seguridad Social o la antigua escuela de Magisterio, que quedan fuera del área de protección del plan especial que sí afecta a los inmuebles del casco viejo.

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