--¿Cómo llegó usted hasta el Partido Socialista?

--Me afilié hace aproximadamente un año porque de siempre había tenido inquietudes políticas. Llegué a la sede, me gustó y me quedé.

--¿Y qué le impulsó a estar en la agrupación local de Juventudes Socialistas?

--Cuando llegué, el anterior secretario general, Jesús Manso, había cumplido 30 años. Le había pitado el ordenador , como nosotros decimos. Entonces la actividad estaba un poco parada y un grupo de gente nueva, muy joven, decidimos revitalizarla. Confiaron en nosotros, creamos una gestora y el viernes se convocó una asamblea en la que resulté elegido secretario general local.

--¿Por qué optó al puesto?

--Me presenté porque creo que Juventudes Socialistas debe ser una de las asociaciones con voz en Cáceres, que represente a los jóvenes y podíamos conseguir que se nos escuchase.

--¿En qué sentido?

--En el sentido de que no se nos tiene en cuenta para nada, no hay medidas de política de juventud, no se dialoga, no se nos pregunta... y tenemos un gran número de problemas.

--¿El ocio es uno de ellos?

--Cáceres es la única ciudad de Extremadura donde la Ley de Ocio y Convivencia plantea problemas para el ayuntamiento. Se nos ha enviado al ferial sin acondicionarlo. Reivindicamos que se dialogue con los jóvenes, los hosteleros y los vecinos para que los jóvenes puedan disfrutar del ocio. Se debe abrir un debate en el que cada colectivo presente sus propuestas y lleguemos a un consenso creando un centro de ocio, acondicionando lugares o fomentando el turismo rural.

--¿Existen más problemas?

--Hay que crear viviendas asequibles. Además, no hay suelo industrial y en el ayuntamiento no se plantean medidas que dinamicen y desarrollen la política industrial de la ciudad. Se necesita un plan de dinamización, avanzar en la capitalidad industrial para no quedarnos anclados. Debemos desarrollarnos al mismo nivel que el resto de Extremadura y no quedarnos en el concepto de ciudad provinciana de antaño.

--¿Los jóvenes son reacios al movimiento asociativo?

--Vamos a poner en marcha una campaña de afiliación porque el asociacionismo está un poco denostado.