El cuadro adjunto muestra la evolución del IBI urbano, que es el principal ingreso que tiene el ayuntamiento, en la liquidación presupuestaria de los últimos seis ejercicios. La importancia de este tributo queda patente con un dato: la previsión inicial de recaudación en el presupuesto de 2018 sumaba un total de 69,5 millones, de los que casi un tercio correspondían al IBI urbano. El pasado año se inició el ejercicio con una previsión de recaudación de 22,8 millones de IBI urbano, aunque a lo largo del año se reconocieron derechos por un importe algo mayor (23,1 millones), cantidad que tras las anulaciones y cancelaciones (288.000 euros), dejó unos derechos reconocidos netos por valor de 22,9 millones, de los que al cierre del año se habían recaudado 20,1, quedando derechos pendientes de cobro por valor de 2,7 millones, que son menos que los que había al cierre del año anterior, cuando se acabó con 3,6 millones reconocidos y aún no recaudados.