Isabel Molano es una de las 200 afectadas por la crisis cacereña de Wall Street. Como tantos otros, ayer acudió al Palacio de Justicia. Ella tenía un crédito con el banco y tuvo que seguir pagando los tres últimos meses porque le pasaban los recibos, aunque la empresa había cerrado. "Me gustaba la metodología de Wall Street y estaba contenta", decía ayer.