España terminó 2016 como el ejercicio con más cierres de empresas de la serie (1999-2016), 27.357 se extinguieron, lo que supone un promedio de 526 a la semana. Dicen que nos hemos recuperado de la crisis, pero lo cierto es que solo en 2017 nuestro país ha perdido al día 36 autónomos. Estas cifras pueden aumentar, más pronto que tarde, sumando al matrimonio formado por Isabel Mostazo y Jesús Castillo, propietarios del bar Mi Romano, en la calle Jerusalén, de la barriada de Nuevo Cáceres, que sin la autorización del ayuntamiento para instalar una terraza cubierta su negocio se irá al garete. «Solo tenemos cinco mesas dentro del bar. La terraza nos daría para poner nueve más. Con eso nos salvamos», asegura Isabel.
Es la voz desesperada de una mujer que lleva desde febrero luchando contra la burocracia. La historia, desvelada ayer por este diario, ha levantado una ola de reacciones. Los hosteleros tramitaron los permisos para poner la terraza, incluso pagaron los recibos y una pérgola (en total 13.550 euros), pero ahora el consistorio les pide que reubiquen la terraza y parece difícil que puedan instalarla debajo de la pérgola central de la calle, como estaba previsto.
«Se están buscando opciones para dar una solución, porque la terraza no tenía una resolución favorable aprobada», dijo ayer el ayuntamiento, que aclaró que antes de que te adjudiquen una terraza los hosteleros siempre la tienen que pagar. «Sin el ingreso no se puede realizar la tramitación, en el caso de que se deniegue se devuelve el dinero», insistió el gobierno local, En este caso los hosteleros recuperarían solo 900 euros, es decir, el pago de la pérgola lo perderían.
El ayuntamiento indicó que «están buscando las opciones de compatibilidad de ocupación de la vía pública con el tránsito de peatones» y aclaró que todas las terrazas cubiertas de la ciudad «cuentan con la resolución favorable». Mañana, un técnico de la policía local acudirá al local para ver las opciones mientras Isabel insiste: «Necesitamos la terraza para salvar nuestro negocio».
