La hermandad de los Ramos es la que más procesiones organiza, un total de tres, con cerca de 700 cofrades en cada una de ellas. La responsabilidad de controlar hasta el último detalle recae en la figura del hermano mayor, en este caso Antonio Bazo, quien a pesar de sus 31 años conoce al dedillo los pasos, los ornamentos y los recorridos. Supervisa desde la limpieza de los enseres (ahora están con la candelería de la Esperanza y la puesta a punto de faroles y velas) hasta el montaje de los pasos, los arreglos necesarios y el orden de las procesiones (el lugar de cada hermano, cada penitente o cada banda). Una vez que la comitiva sale a la calle, debe hacerse cargo de cualquier incidencia. "La verdad es que estoy a tope", confiesa.