Antonio Alvarez descubrió la jardinería tras abrir su restaurante, hace 36 años. "El jardín de El Complejo Alvarez se convirtió en mi obsesión y la verdad es que nunca me hubiera imaginado mi afición por la floricultura", reconocía ayer tras recoger el caldero de cobre con el que el mundo de la gastronomía premia su trayectoria profesional. Hijo de hostelero, sus pasos por el mundo de la hostelería se iniciaron temprano. "Llegué a la calle general Ezponda con tres años", explicaba en alusión al Hotel Nieto en el que trabajó su padre, quien después fundaría el Hotel Alvarez (hoy Alfonso IX).

A los 39 años él iba un paso más allá y daba vida al Complejo Alvarez, uno de los restaurantes de siempre en Cáceres, que logró convertir en seña de identidad el salón a cielo abierto en el que se transformaron los jardines en torno al edificio principal.

"Por los salones del restaurante han pasado muchos miles de cacereños, principalmente para bodas, pero también para otro tipo de actividades como congresos o eventos de colegios profesionales", explicaba ayer sobre la clientela.

A los 75 años, continúa al frente del negocio aunque empieza a delegar tareas. "Uno de mis hijos se ocupa ya de la mayor parte de las cuestiones importantes" reconoce, "aunque yo llevo aún cositas". matiza.

Sobre el reconocimiento que ayer recogió señala que "es una gran satisfacción porque desde la juventud me dediqué a la hostelería". Y augura Complejo Alvarez para muchos años. "De hecho recientemente hemos mejorado las cocinas para poder hacer cosas nuevas, y ahora estamos remodelando los salones", señala.