«Ese edificio está en mucho peor estado de lo que parece», contestó ayer Salaya a la pregunta sobre el futuro del inmueble que albergó el colegio de El Madruelo. Y añadió que puede necesitar una intervención «que pase por el derribo porque ahora es irrecuperable o al menos es lo que nos dicen los técnicos». «Tiene una cimentación tan superficial que hace difícil cualquier recuperación», agregó.

La junta local de gobierno del ayuntamiento acordó en su sesión del pasado 26 de julio el precinto de las instalaciones exteriores del edificio. Fue un acuerdo que se adoptó a raíz del informe que se solicitó sobre el estado del inmueble ante una petición de vecinos de la zona para la utilización del patio de El Madruelo. La decisión que entonces acordó la junta local fue denegar la solicitud y acometer el precinto. Una de las consideraciones que se hacían en el informe era que no se estaban realizando labores de mantenimiento y que el edificio se estaba deteriorando, además de ser «objeto de vandalismo y ocupación ilegal»

El planteamiento hace menos de un año sobre el futuro del edificio era distinto. Entonces el anterior ejecutivo local se llegó a plantear una modificación del Plan General Municipal (PGM) para ampliar los usos urbanísticos del inmueble que albergó el centro escolar. En ese momento se consideró que el inmueble, que durante más de medio siglo fue utilizado para fines educativos y docentes, estaba deteriorado, pero era recuperable. El edificio tiene asignado en el plan general un uso de dotación educativa y lo que se pretendió en noviembre del pasado año fue ampliarlo a otros fines que se permiten dentro del uso dotacional sin que esto significase que ya se tenía decidido a qué se podría destinar. En el uso dotacional, y dentro de la categoría de equipamientos, están permitidos los fines educativos, administrativos-institucionales, sanitarios-asistenciales, sociales, deportivos, culturales, religiosos o servicios urbanos. La parcela donde está El Madruelo tiene una superficie de unos 4.500 metros cuadrados y el inmueble cuenta con una edificabilidad de 1.800 metros cuadrados en dos plantas en su cara este y en una sola en la oeste. Hace tres años y medio, cuando se tramitaba el expediente de reversión del edificio desde la Junta al ayuntamiento, por parte del gobierno local se barajó la posibilidad de transformar la parcela en un aparcamiento. Esa opción se manejó si el edificio era irrecuparable.