Llegó hace 28 años al Palacio Episcopal, el cual ha visto transformarse. Antonio Chapado es el oficial de secretaría, la persona encargada de atender al público y a los párrocos de otras diócesis, además de realizar otras tareas administrativas como tramitación de partidas o comunicación de actos. "Empecé con una máquina de escribir hasta que en 1989 nos pusieron los primeros ordenadores. Era un aparato enorme que hacía un ruido tremendo", recuerda Antonio. Antes de su rol actual, fue secretario personal de Jesús Domínguez y Ciriaco Benavente, antiguos obispos de la diócesis. Durante casi tres décadas, Antonio ha visto como el edificio ha sido objeto de algunas reformas, la última acometida en 2010, y desvela que el funcionamiento del Palacio Episcopal es similar al de un ayuntamiento. "Esto es como un gobierno civil, solo que en vez de tener 200 empleados hay apenas una decena".