El exjugador del ya extinto Cáceres Club Baloncesto Enrique Fernández será el pregonero del Carnaval 2006, según adelantó ayer a este diario el concejal de Festejos, Lázaro García, quien mostró su "agradecimiento" al deportista, que ha sido durante años "el buque insignia de los años del baloncesto glorioso de la ciudad".

Por su parte, Enrique Fernández afirmó que para él es "un orgullo que hayan pensado en mí como pregonero de una fiesta como los carnavales y es una satisfacción poder dar el pregón en mi ciudad". Aunque el mítico capitán del Cáceres CB reconoció que aún tiene "un poco verde" su discurso, sí adelantó que recordará "los viejos tiempos porque yo pasé siete años en Cáceres que fueron maravillosos y muy importantes en mi carrera deportiva".

Fernández saldrá al escenario del Auditorio el próximo 24 de febrero --primer día de la fiesta carnavalera, que se prolongará hasta el martes 28-- disfrazado "de época" en señal de apoyo al impulso que el ayuntamiento quiere imprimir este año al Carnaval medieval.

El deportista, admirado en la cancha y querido fuera de ella, según destacó Lázaro García, no dudó en aceptar la invitación del consistorio cacereño y la Asociación de Agrupaciones del Carnaval Cacereño para dar el pistoletazo de salida a estas fiestas, a pesar de que sus negocios requieren que viva lejos de Cáceres, por lo que ha tenido que hacer un esfuerzo para acudir a la cita con una ciudad a la que, dijo el concejal cacereño de Festejos, "quiere mucho".

RECONOCIMIENTO A UN ILUSTRE Lázaro García señaló que con la invitación a dar el pregón se quiere también reconocer la trayectoria de un "ilustre" deportista. "Sólo tengo palabras de agradecimiento para él porque ha accedido a dar el pregón de forma totalmente gratuita". "Todos estamos muy felices", añadió.

Enrique Fernández Ruiz, nacido en Cáceres el 15 de marzo de 1967, fue durante siete temporadas el jugador más querido del equipo de baloncesto local en la Liga ACB. Huérfano de padre desde que apenas era un niño y alumno del colegio San Antonio, sus inicios en el deporte fueron en el balonmano como portero. Sin embargo, su excelente actuación en el Campeonato de España cadete de baloncesto hizo que Javier Imbroda le reclutase para que culminase su formación en el Mayoral Maristas. Fue en Málaga donde conoció a la que sería su mujer --tiene dos hijos-- y lograría el ascenso a la máxima categoría de la canasta, especializándose en el lanzamiento triple y la defensa. Superó a base de tesón unas condiciones físicas adversas.

ESTANDARTE DEL CLUB Con la llegada del Cáceres a la ACB, su fichaje y el de Miguel Angel Reyes le dieron el toque de la tierra al equipo de la primera temporada en la élite, la 92-93. Su carácter cercano y su entrega en la cancha pronto encandilaron la hinchada, que le acogió como estandarte en lo deportivo y en lo sentimental. Con él en cancha como capitán el club alcanzó las cotas más altas de su historia (el quinto puesto liguero en el 94, las semifinales de la Korac el año siguiente y el subcampeonato de Copa del Rey en León-97) y también sufrió para mantener la categoría en los play-offs de 1993 y 1998 ante el Lliria y el Ourense.

Fue en 1999 cuando jugó su último partido como verdinegro tras una emocionante despedida en el pabellón V Centenario, aunque su partido-homenaje, anunciado en alguna ocasión por el propio ayuntamiento, continúa pendiente. Totalizó 389 partidos en ACB, con 3.318 puntos y 611 canastas triples.

Murcia y León fueron sus últimas paradas como profesional en la Liga LEB. Sin dejar de sonar como presidenciable para el ahora deprimido club de sus amores, luego se dedicó a sus negocios, centrados en una empresa de gestión deportiva, un Burguer King en Lleida y la compra-venta de obras de arte.