«El caso es real. Es mío», comienza la publicación que el cirujano vascular, Ángel Martínez Monsalve, compartió hace unos días en su muro de Facebook. Era el inicio de una queja por el comentario que hizo uno sus pacientes, al que salvó la vida, tras recibir el alta médica. El enfermo protestó por haber estado ingresado en una habitación compartida. Lo que el médico pretendía mostrar solo entre sus amigos ha terminado convirtiéndose en viral.

Ocurrió el pasado 19 de febrero, cuando un paciente cacereño ingresó en el hospital Infanta Cristina de Badajoz, donde este especialista trabaja hace seis años, aquejado de un aneurisma abdominal roto, una dolencia con el 100% de mortalidad si no se trata de forma inmediata. Llegó en helicóptero, ya que los minutos son claves en esta enfermedad, «su vida estaba en juego». Allí, tal y como el mismo cirujano explica, «todo el personal de Urgencias» estaba preparado para subirlo a quirófano y «en dos minutos de reloj estaba listo para ser intervenido».

Fue operado de urgencia por dos cirujanos vasculares en un quirófano asistido por dos anestesistas, dos enfermeras, un auxiliar técnico de enfermería y un celador. La operación fue un éxito y tras ella pasó tres días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde intensivistas y enfermeros especializados «seguirán luchando por su vida». Después estuvo una semana ingresado en planta, «lo que requiere 21 turnos de enfermería, auxiliares y celadores, además de un cirujano pendiente 24 horas al día esos siete días».

Costó 676.000 euros

Martínez Monsalve quiso detallar en su publicación el coste de todo este tiempo en el hospital, para justificar su queja: «Se emplea para salvarlo una prótesis de alta tecnología que cuesta 21.000 euros en total, usando un arco radiológico y una mesa especial con un coste de 600.000 euros», a lo que hay que sumar el tiempo en UCI (55.000 euros) y en planta (7.300 euros); en total más de 676.000 euros. En cambio, tras darle el alta a su paciente recibió una queja que le molestó. «Independientemente de la anécdota económica, el resumen es que el paciente llega muriendo en un helicóptero a la puerta de urgencias y sale caminando por su propio pie una semana después. Su comentario al ser dado de alta fue: gracias señores, pero con lo que pagamos en impuestos es vergonzoso que tengamos que compartir habitación con otros enfermos».

Sorprendido

El cirujano quedó perplejo. «Llegó en unas condiciones casi clínicamente de muerte y se le hizo una intervención para colocarle una endoprótesis, que es un procedimiento más rápido y efectivo y gracias a él disminuye la mortalidad, pero es un tratamiento muy caro. Cuando le di el alta (él también le operó) se quejó de que había estado muchos días compartiendo habitación con otra persona. No tienen que darme las gracias porque es mi trabajo pero tampoco merece despedirse así», señala. «No se me ocurrió decirle nada en ese momento», recuerda. Pero horas después decidió compartir la historia en Facebook. «No contesté, ni lo haré en el futuro, no merece la pena. Lo que sí tengo claro es que el problema principal en este asunto y en este país no lo tiene la sanidad, lo tenemos nosotros. Nos la vamos a cargar por ignorantes. Es lo que hay. El tiempo nos pondrá en nuestro lugar, espero», termina su publicación en la red social.

Lo que en un principio había escrito para que lo vieran los 200 amigos que tiene en esta red social ha dado la vuelta al mundo. Se ha compartido 52.000 veces, tiene 42.000 reacciones y casi 10.000 comentarios (ha recibido también casi un millar de comentarios privados), y subiendo. «No me esperaba una respuesta así, pero me alegro de la repercusión», señala. La mayoría de los comentarios comparten su opinión: «Parece que la gente está empezando a despertar un poco. Tenemos que empezar a valorar más lo que tenemos», advierte el cirujano.