El aeródromo cacereño quiere despegar y para ello tiene que ultimar su plan de vuelo. En estos momentos los impulsores afrontan la tarea más compleja: la búsqueda de apoyos públicos y privados para reunir los 2,7 millones de euros necesarios y hacer posible que Cáceres tenga una infraestructura aérea, esperada durante décadas. El próximo 30 de noviembre es la fecha límite para presentar toda la documentación ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que ha concedido una prórroga. Los promotores esperan saber por entonces si el proyecto puede o no salir adelante, para tramitarlo en consecuencia.

El aeródromo estaría situado a 12 kilómetros del centro de la ciudad, junto a la carretera de Malpartida (N-521) y próximo al cruce con la A-66 y al hotel Palacio de Arenales, en una finca de 266 hectáreas cedida por la Fundación Valhondo Calaff. La disponibilidad del terreno ha supuesto el mayor empuje al proyecto, que cuenta hasta ahora con todos los parabienes administrativos. La dificultad estriba en la financiación. Por ello, la Fundación Cáceres Capital, que lleva tiempo intentando dotar a Cáceres de un aeródromo, está desarrollando una campaña entre empresas e instituciones, consciente de que no es el mejor momento, pero movida por la necesidad de este recurso para empresas, exportadores, laboratorios, sanidad, congresos, caza o turismo cultural y de naturaleza.

TODOS IMPLICADOS Según ha explicado Fernando Solís, subdelegado del Gobierno en Cáceres y a su vez responsable de la Fundación Valhondo Calaff, la primera reunión con empresarios tuvo lugar el 11 de julio y a ella también asistió la alcaldesa, Elena Nevado. Posteriormente, el proyecto ha sido presentado ante la Consejería de Fomento y la Dirección General de Infraestructuras de la Junta, y ante la Diputación, pendientes de responder si prestan su apoyo. "La iniciativa tiene buena acogida, nos responden que es interesante y con un coste asequible, el problema radica en la situación económica que estamos atravesando", señala Juan Ramón Civantos, responsable de la Fundación Cáceres Capital, encargada de la captación de apoyos.

Si se reúnen los respaldos suficientes, se crearía una sociedad mercantil para la construcción y gestión del aeródromo, a cuyo nombre se presentaría ya la solicitud de autorización definitiva ante la AESA. Las dos promotoras, Valhondo Calaff y Cáceres Capital, se integrarían en dicha sociedad. No obstante, tampoco es necesario tener todos los apoyos ultimados a 30 de noviembre para presentar el resto de la documentación, que está prácticamente lista salvo algunos detalles y confirmaciones, como la respuesta del ayuntamiento a la viabilidad del suelo para la instalación de una infraestructura aérea, que en estos momentos abordan los técnicos municipales.

Desde el punto de vista aeronáutico, la ubicación elegida es bastante adecuada al no existir zonas de protección medioambiental. Se trata de un lugar idóneo, con buena orientación y con las condiciones requeridas para una instalación aérea. El estudio de viabilidad y el proyecto están listos. La intención, de salir adelante la iniciativa, es iniciar la construcción de la pista y los servicios básicos en 2012, siempre dependiendo de la disponibilidad de financiación.

En principio se proyecta un aeródromo práctico y económicamente sostenible, con los servicios suficientes para el tránsito de pasajeros, turistas y mercancías (centro de recepción, hangares, pista de unos 1.000 metros), pero siempre susceptible de crecer a medida que aumente la actividad. Para ello, los promotores han visitados varias instalaciones en Toledo, Sevilla o Segovia, dos de ellas detalladas en las fotos anexas.

Ya hay entidades públicas y privadas que esperan el aeródromo, relacionadas con la sanidad, el turismo, la caza, los deportes aéreos o la hostelería.