Apasionado por el medio ambiente y la cooperación, Manolo Sánchez acumula una amplia experiencia en Ecuador y Chile. Esta vez viajó al primer país para asesorar en planes de ordenación territorial y gestión de residuos sólidos. En la zona donde trabajó, un inmenso parque natural de 900.000 hectáreas, operaban 18 empresas petrolíferas, la mayoría parte extranjeras, mezcladas con los colonos y la población indígena.

De su vivencia afirma que "es un privilegio observar los cambios sociales en países que son convulsos" y recalca que "América Latina está en la encrucijada de incorporarse a las economías del siglo XXI o quedarse relegada". Manuel matiza que hay que buscar soluciones para que en países con recursos naturales suficientes como Ecuador sus habitantes se puedan quedarse a trabajar. Opina que es fundamental que los países desarrollados vuelquen esfuerzos económicos y de trabajo en cooperación y marca como reto prioritario la planificación económica porque, dice, "no se trata solo de subvencionar".