José Manuel Vilanova, presidente de la Fundación Lumbini Garden, está considerado como el embajador espiritual y empresarial de España en Asia. Desde Valencia ha iniciado su gran proyecto de construir el mayor templo budista en Europa.

Vilanova, abogado y empresario, lleva más de una década recorriendo Asia ayudando a consolidar la marca España. Su vida está unida estrechamente a China, Birmania, Nepal, Tailandia, Corea, Japón, India, Camboya, Vietnam y todas aquellas ciudades vinculadas a la milenaria Ruta de la Seda y el Budismo. Es el ‘Marco Polo’ español del siglo XXI. Promotor de la Feria Expotural y cónsul honorífico de Nepal, es amigo personal de políticos, empresarios asiáticos y líderes budistas. Su trayectoria profesional está ligada a los países del Pacífico, que «constituyen el presente y futuro del desarrollo cultural y económico del mundo». Desde muy joven se ha sentido atraído por «la forma de vida y pensar asiáticos».

Su amistad con el alcalde de Lumbini, ciudad del nacimiento de Buda, declarada patrimonio de la Humanidad por la Unesco, le llevo a emprender una nueva aventura, la Fundación Lumbini Garden y convertirse en el promotor del centro que próximamente se ubicará en Cáceres y del que asegura «va a ser el templo budista más importante de Europa. El mayor puente de paz del continente con Asia». Un proyecto espiritual que tiene una dimensión cultural, de unión de civilizaciones, y un destacado componente económico».

La construcción del templo budista en Cáceres arranca en Valencia, que se ha convertido en la primera piedra de este proyecto pionero. «Los dos actos en el emblemático Edificio del Reloj del Puerto constituyen su consolidación. Ya no hay marcha atrás. Tras varios años de gestiones puedo afirmar que la apuesta de Cáceres por contar con el centro budista más importante de Europa ya no es un quimera, es una realidad», asevera con rotundidad.

De los actos de ayer y hoy, uno civil y otro espiritual, este último es el de mayor relevancia internacional por representar la unión entre culturas y creencias. «El Puerto de Valencia va a hacer historia. Los dos actos significan la unión entre Cáceres y Lumbini, ambas patrimonio de la Humanidad, y lo hacemos en el enclave idóneo: el Mar Mediterráneo y en el Puerto de Valencia, puntos de encuentro comercial de la milenaria Ruta de la Seda», sentencia.

Una oportunidad única

Para Vilanova la construcción del centro budista en Cáceres es una oportunidad única: «España necesita un proyecto que refuerce la imagen de nuestro país en el mercado asiático. El templo cacereño ha sido considerado por los embajadores de España en Asia como una iniciativa idónea». Para el presidente de la fundación Lumbini, Cáceres y Extremadura van a ser el puente de unión entre Europa y Asia por varios motivos. «Por el hermanamiento de la ciudad con Lumbini, donde nació Buda. Lumbini está declarado Patrimonio de la Humanidad, como Cáceres; y el budismo es a Oriente, como el cristianismo a Occidente».