Con abrigo verde de grandes volantes y pantalón vaquero, una en apariencia pletórica Elena Nevado brindó ayer ante luz y taquígrafos por su nuevo reto: recuperar para el Partido Popular la mayoría absoluta en la ciudad de Cáceres. Dijo, oficialmente, lo que todos esperaban: que no tocaba aún desvelar si se presentará como candidata a la alcaldía en las próximas elecciones municipales pero lo cierto es que su círculo más cercano asegura que estaría dispuesta a quitarse la espinita que le ha quedado desde que las urnas le devolvieron el sillón del consistorio con mayoría simple, lo que la obligó a cerrar un acuerdo con Ciudadanos.

Ayer la alcaldesa compareció como flamante presidenta del PP local después de que sus filas le hayan otorgado una confianza del 98%. Es un triunfo, desde luego, pero hay algo en la mirada de Elena Nevado que demuestra que este tiempo no ha sido fácil para ella. Quizá sus más cercanos consejeros deberían impulsar una estrategia para que aquella Elena que sacaba estampas de la Virgen de la Montaña en los plenos, abrazaba a niños no como pose sino porque por instinto le salía, y pateaba los barrios con una ilusión desmedida, regresara.

El poder cansa, por eso es bueno el reseteo o mirar sin más atrás para volver a ser quien realmente fuiste, que es lo que le hace falta a una mujer que aunque insiste en que todos los miembros de su candidatura son válidos para liderar el proyecto, parece gritar que sueña con volver a protagonizar la pegada de carteles la noche de arranque de campaña. Elena tiene un distintivo natural y es que, ni para lo bueno ni para lo malo, sabe disimular.

En una sede local del PP plagada de periodistas, Nevado contestó que «en absoluto es duro gobernar en minoría». Sí lo ha sido. Ella lo sabe, aunque lo cierto es que eso no le restan «fuerzas ni ganas» para «seguir siendo -aseveró- el referente de los cacereños». La presidenta del PP apareció rodeada de su candidatura, renovada en un 30%, con sus concejales de mayor confianza, con personas como Agustín García, Julia Cerro, Juan Narciso García-Plata, Rocío Camisón...

Son 33 secretarías ejecutivas, vocales electos entre los que se incluye el actual subdelegado del Gobierno en Cáceres, José Carlos Bote, vocales de libre designación y otros natos, donde se encuentran Laureano León o Carlos Floriano, y Marta Sánchez como responsable de Comunicación. A ellos se une el comité electoral, con Ángel Arroyo como presidente y Manuel Sánchez Cecilia de secretario. Todos, aseguró Nevado, trabajarán por el empleo y el crecimiento de la ciudad. La junta directiva ya tiene el aplauso de Monago. Ahora solo queda la batalla por la alcaldía.