Cuando los ciudadanos llegan a la exposición de Greenpeace pueden elegir dos recorridos: el de las energías renovables o el modelo actual. Ambos finalizan en el 2050, pero de una forma muy distinta. El primero desemboca en un mundo saludable. El segundo acaba en un planeta casi desconocido: ya están inundadas las costas de Bangladesh y China, han llegado a España enfermedades subtropicales como dengue o malaria, las tierras fértiles del Mediterráneo sur y el Ebro se han convertido en desiertos, desaparecen bajo el mar los deltas del Llobregat y el Ebro, la Manga, la costa de Doñana y playas del Cantábrico, y hay 150 millones de refugiados por estas causas.

Así lo auguran los informes de Greenpeace y así de claro lo transmite la organización ecologista a través de una muestra instalada ayer en Moctezuma, junto al Auditorio, donde se expondrá hasta las 18.00 horas de hoy. "Pero el mensaje es esperanzador: podemos elegir el futuro" explica Eva Saldaña, una de sus responsables."Nuestro objetivo consiste en que el aumento de la temperatura del planeta no suba de los 2 grados en el año 2050, porque los efectos serían irreversibles. En estos momentos ya existe un aumento de 0,74 grados de media global, y 1,5 en España", señala.

¿Pero cómo hacerlo? Los estudios de Greenpeace dicen que es posible mediante el uso de energías renovables (eólica, solar, biomasa, geotérmica, minihidráulica y la fuerza de las olas), y la reducción al mismo tiempo de los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón), del derroche de energía y de la destrucción de los bosques. Es más: la organización ofrece un planning "perfectamente viable" de cómo hacerlo hasta el 2050, según Eva Saldaña. Ese calendario constituye el eje de la exposición, en la que el visitante está acompañado por personajes como CO2 , central térmica o placa solar , y puede participar en un juego donde intercambiar energías limpias por sucias .

¿Qué hacer y cuándo?

La subida de temperaturas viene dada por el efecto invernadero, a su vez consecuencia de las emisiones de CO2. "En estos momentos cada persona genera 4 toneladas anuales, y el planeta 23.000 millones. Queremos reducirlo a 13.000 millones en el año 2050", explica Saldaña. Según Greenpeace, en el 2010 ya habría que tener un 12% de la demanda cubierta con energías renovables y acabar con la subvención de nucleares y combustibles fósiles; en el 2012 no se deberían construir más centrales térmicas y España cumpliría el protocolo de Kioto; en el 2020 Europa reduciría un 30% su CO2; en el 2030 se cerraría la última nuclear y las energías limpias se utilizarían a gran escala; en el 2045 todo funcionaría con ellas y los nuevos edificios serían bioclimáticos; y en el 2050 se habrían logrado los dos grandes objetivos: menos de 2 grados de subida de los termómetros y menos de 1,3 toneladas de CO2 por habitante.

El camino contrario sería muy distinto: incendios casi a diario en España a partir del año 2021, plagas forestales que comenzarían a destruir los bosques del país en el 2033, continuos aludes y desplazamientos en las cordilleras Bética, Cantábrica y Pirineos en el 2040; y subidas del nivel del mar hasta cubrir numerosas zonas en el 2045. "Pero insistimos: cualquiera de estos caminos depende de nosotros", subrayan desde Greenpeace.