El que fuera buque insignia del gobierno popular de José María Saponi aún continúa su travesía transoceánica y sigue navegando en espera de llegar por fin a puerto. No obstante, la joya del poblado minero de Aldea Moret, antiguo almacén de fosfatos y referencia de la arqueología industrial de la capital cacereña, parece estar más cerca de su apertura definitiva, después de una obra de rehabilitación que se remonta cuatro años atrás y que ha necesitado de una inversión global de aproximadamente seis millones de euros, una de las más costosas de cuantas se han ejecutado en la ciudad en los últimos años.

El Embarcadero, sobre el que siempre ha pesado cierta maldición --retrasos en la obra, fallos en la cubierta, problemas en la ejecución de los fondos europeos con los que se financia la iniciativa...-- será un centro cultural y de innovación. Así lo aseguró ayer el alcalde en funciones, Víctor Santiago Tabares, quien en declaraciones a este diario indicó que el edificio podría estar en marcha entre los meses de octubre a diciembre.

Santiago Tabares recalcó que la reforma está concluida, pero aclaró que el ayuntamiento no puede abrir el centro sin haber resuelto antes varias cuestiones. Una de las más importantes es la del acceso. El Embarcadero, situado a la orilla de la vía del tren, no puede ser utilizado por los cacereños supeditado al tráfico ferroviario, con el peligro que ello conllevaría.

Por tanto, el gobierno municipal está tramitando ya la ejecución de la obra del paso a nivel, básica para que el centro se pueda abrir. El pasado mes de julio la mesa de contratación del ayuntamiento la adjudicó a la Unión Temporal de Empresas (UTE), formada por Gévora-Estraco. Lo hizo por un importe de 2.002.943 euros, dinero con el que se enlazará la avenida de la Constitución de Aldea Moret, con el poblado minero.

La obra, tal como ha venido publicando este periódico, se realiza a tres bandas. Por un lado la Junta de Extremadura, que aportará el dinero necesario, el administrador ferroviario Adif, que ha redactado el proyecto, y el ayuntamiento, que se encarga de contratar y dirigir la actuación. Aunque los trabajos tienen un plazo de ejecución de ocho meses, el alcalde en funciones calculó que este otoño podría estar acabado el paso a nivel en el tramo del Embarcadero.

EQUIPAMIENTO Otras cuestiones que deben resolverse en las próximas semanas competen también al ayuntamiento cacereño: la conexión de fibra óptica, el alumbrado y, por último, el concurso para el equipamiento. Sobre este último aspecto, Tabares apuntó que el concurso está en fase de contratación, a la espera de que se resuelva para que las empresas interesadas puedan optar al mismo, por un importe cercano a los 700.000 euros.

El consistorio pretende cuidar con sumo mimo este último aspecto. El mobiliario del edificio debe ir acorde con su diseño interior y exterior: señalizaciones horizontales y verticales, trabajar con proyecciones sobre las paredes, potenciar las imágenes fotográficas de las minas cacereñas y extremeñas...

El Embarcadero dispone globalmente de 9.000 metros cuadrados construidos, un espacio que contará con auditorio, ciberteca, ludotecas y zonas destinadas a los colectivos ciudadanos.