"Claro que en esa instalación hay maltrato. No se pueden utilizar seres vivos para hacer arte. La protectora de animales tendría que intervenir en esta exposición. Habría que sancionar al artista para que no se cometieran este tipo de atrocidades. Si nos dejamos llevar por la forma de expresión que ha puesto en práctica este autor, mañana podría estar permitido crucificar un perro en una exposición y nadie podría decir nada. Otra cosa muy distinta es que hubiera utilizado insectos que estuvieran muertos en la instalación y los hubiera recogido de la calle para hacer su obra. Eso no sería igual porque ya no están vivos".