El novillero cacereño toma mañana la alternativa como matador de toros.

Siente y piensa en torero. Es un educado caballero que cuida el vestir y no pierde la compostura. Emilio de Justo toma mañana la alternativa de manos de Talavante y Cayetano. Horas antes de su bautizo posó para EL PERIODICO en la suite 619 del hotel Extremadura, uno de los grandes templos del toreo cacereño.

--¡Cómo me gusta verle torear!

--Muchas gracias, es un halago. Se siente uno motivado.

--¡Pero aún me gustaría más verle a partir del sábado entre las grandes figuras!

--Ese es mi reto, mi sueño, mi meta. Por eso voy a luchar. Pasar de novillero a matador de toros es una cosa muy bonita, pero también muy difícil.

--¿A pocas horas de su bautizo, no le tiemblan las piernas?

--Bueno... la verdad es que no. Simplemente me encuentro en una semana con sensaciones muy bonitas, muy emocionado. Pasan por mi mente los años en que quería ser torero y para nada pensaba que iba a llegar. Y estoy emocionado, contento, esperando, rabiando que llegue el día.

--Emilio, vayamos al grano, ¿no le parece de mal gusto que el día de su alternativa se homenajee a Jairo Miguel?

--No, para nada. Creo que es un torero que ha estado a punto de perder la vida en tierras americanas y que se merece un sitio, un hueco. Entre toreros nunca tenemos que estar enfadados. Le tengo un aprecio muy grande, le deseo lo mejor, estoy contento de que le hagan el homenaje.

--Pues si otro periodista firmara esta entrevista por mí, ¡me sentaría a cuerno quemado!

--Ni Jairo ni nadie me van a quitar el protagonismo porque el día de la alternativa de un torero es el más bonito de su vida, el más importante, y creo que el homenaje para nada me va a eclipsar. Yo tengo que salir consciente y mentalizado en lo que tengo por delante ese día y sin pensar en nada más.

--Ya, pero él ha sido portada en medio mundo...

--Me parece muy bien y además se lo merece. Es que lo que le ha pasado a ese torero es muy duro, es muy importante, casi pierde la vida en un ruedo.

--Siempre me pareció un caballero, pero después de escucharle me lo parece todavía más...

--(Sonríe). Ante todo hay que ser una persona con sentido común y, sobre todo, coherente en lo que piensas y en lo que dices. Siento gran respeto y admiración por Jairo, lo he visto empezar en la escuela taurina y nada más tengo palabras de halago para él.

--Desvele el secreto de su diente

--Cuando era pequeñito, tendría 7 o 9 años como mucho, mi hermano me dio un golpe contra el suelo y me lo rompió. Desde entonces nunca he pensado en arreglármelo, unos me dicen que lo arregle, otros que me queda bien...

--¿Qué hace para ir siempre tan bien peinado?

--Va con mi personalidad. Todo lo que hago en la vida me gusta hacerlo con gusto. Y a mí me parece que hay que tener gusto hasta para peinarse.

--Le veo siempre como un pincel ¿dónde se compra la ropa?

--(Carcajada). Me gusta vestir bien, pero no me paro mucho a elegir.

--¿Nunca pierde la compostura?

--No me gusta perderla, me siento mal cuando la pierdo. Me gusta vivir y estar en torero.

--¿Ni siquiera un sábado noche?

--(Risas). No, la verdad es que no tengo tiempo para salir de fiesta, y ahora mismo menos. Me gusta más ir al cine o hacer otras cosas.

--¡No me creo que algún día la gomina no le haya jugado una mala pasada!

--(Más carcajadas). La gomina castiga el pelo pero no me ha jugado ninguna mala pasada y espero no quedarme calvo.

--¿Le gusta ir a toda velocidad?

--No. Me gusta hacer las cosas despacio, como he llevado hasta ahora mi carrera.

--¿Cómo es posible que un toro pueda entender lo que un torero le susurra?

--Es una pregunta buena, complicada y difícil de contestar. Creo que el torero es el que tiene que sentir lo que le está transmitiendo el animal.

--Emilio, algún día se ha dicho ¡Dios, cuanta curva en mi cama!

--¿Coooooooomo? (ríe a carcajadas). No muchas, no muchas. Como a cualquier hombre me gustan las mujeres guapas, pero no me considero un golfo.

--¿Por qué hay hombres que se dan la media vuelta cuando acaban la faena y huyen del abrazo cuerpo a cuerpo?

--Porque son poco caballeros. Hay que ser galante, romántico, tener un poquito más de sensibilidad con el sexo femenino.

--¿Con quién se ve compartiendo sus sábanas?

--¡Qué pregunta! Es que no estoy comprometido. La respuesta es: Ahora no es el momento.

--¿Qué sastre le ha vestido para su alternativa?

--Santos, un sastre de toreros de Madrid que viste a las máximas figuras: El Juli, Rincón, Ponce...

--¿Y cómo es ese traje?

--Ya lo verás. No te lo respondo. Es como las novias.

--El secreto mejor guardado...

--Más que un secreto es una ilusión: estrenar un vestido nuevo y acorde con la categoría del día. Me gusta que cuando salga a la plaza la gente se quede impregnada del vestido de luces.

--¿Me dedica una verónica?

--Te dedico lo que tú quieras. Una verónica es una cosa difícil de dar, pero lo intentaremos.

--Suerte, maestro...

--Muchas gracias.