Conceptos como moneda social, mercado del trueque o banco de tiempo forman parte del proyecto en el que trabaja un grupo de investigación de la Universidad de Extremadura (Uex) con la Ribera del Marco como escenario de futuro. El fin, desarrollar iniciativas que permitan "transformar la Ribera del Marco, darle vida y mejorar la situación de ese corredor", explica Eusebio Medina, profesor de Sociología de la Uex e investigador principal del Grupo de Estudios Sociales Aplicados (Gessa) de la Uex, que está llevando a cabo el estudio.

El trabajo de campo se inició a comienzos de año y forma parte de una decena de acciones puestas en marcha para dinamizar esta zona, en el marco de la acción Minería Microempresarial, del proyecto de desarrollo sostenible del corredor urbano de la Ribera del Marco. Precisamente el estudio se inició a partir de dos herramientas: el mercado del trueque y el banco de tiempo. "Pero hemos visto que no podemos quedarnos en esas prácticas porque ellas mismas han evolucionado ya hacia otras como el mercado social o plataformas tecnológicas", asevera Martín Gómez-Ullate, gestor del Gessa.

Modelos a seguir

La iniciativa del mercado de trueque "entraría de lleno en relación con lo que se está haciendo ya en la zona de huertos sociales y de ocio". Pero la idea es ir un paso más allá, intercambiando no solo productos sino también semillas.

"Tendría una importante dimensión de recuperación del patrimonio intangible de cómo se cultivaba antes, y también educativa hacia las nuevas generaciones", dice Medina. Dos de los modelos a seguir están en puntos tan dispares como Madrid y Alburquerque. En en este último, porque desde hace años desarrollan un mercado de trueque.

El otro concepto clave es el de 'banco de tiempo', que se basa en el intercambio de habilidades: un fontanero hace un arreglo y a cambio otra persona le cuida a los hijos durante unas horas.

"Pretendemos hacer algo que genere relaciones y también oportunidades de empleo o de ocupación", señala.

"La Ribera es un gran corredor y tiene una enorme potencialidad", afirma Medina, que no duda de que una regeneración de la zona "podrían suponer un vuelco para la ciudad. Un paso de ser una ciudad orientada en torno al paseo de Cánovas y lo que ello conlleva desde el punto de vista urbanístico, a ser una ciudad orientada hacia una nueva vía más natural, verde y ecológica, que permitiría articular una zona que además está relegada, como Aldea Moret o Fuente Fría". Pero tanto él como Gómez-Ullate son conscientes de que el medio y el largo plazo son necesarios para que puedan verse los primeros cambios en esta zona, entre otros motivos, porque para que sea posible poner en marcha iniciativas de este tipo hace falta una limpieza integral y una regeneración de la Ribera.

El estudio plantea además unos retos, entre ellos implicar a la ciudadanía en la regeneración de la Ribera, del mismo modo que lo estuvo hace seis o siete años. "Parece que ha habido un movimiento ciudadano, pero ahora no existe", explica Gómez-Ullate.

A finales de marzo se conocerán los primeros resultados de la fase de estudio del proyecto y en junio estará definida la propuesta de actuación en la Ribera para su dinamización.