Torrencillo acogerá el próximo martes a más de 10.000 personas --el triple de su población habitual-- para celebrar la fiesta de La Encamisá, declarada de interés turístico regional y nacional. Más de 200 jinetes encamisaos con sus escopetas acompañarán el 7 de diciembre al estandarte de la Inmaculada por las calles de la localidad hasta su regreso a la iglesia de San Andrés Apóstol. La salida de la procesión tendrá lugar a las 22.00 horas y la vuelta se producirá a la una de la madrugada.

El programa de actos fue presentado ayer en la Institución Cultural El Brocense por la diputada de Cultura, Silvia González, el alcalde de Torrejoncillo, Moisés Leví, y Angel Luis Melchor, presidente de la Asociación de Paladines de La Encamisá. La edición del 2004 será la primera en la historia de la fiesta en la que una mujer llevará el estandarte tras haber sido elegida mediante un sorteo en el que participaron 289 socios del colectivo.

VARIEDAD DE ACTOS María Dolores Martín, una enfermera de 34 años que desempeña su labor en Riolobos, ha cedido este honor a su hermano tras haber sufrido un grave accidente del que salió con vida. Es también mayordoma de la asociación y leerá el pregón de la fiesta el próximo sábado. La programación se completa el día 5 con la ofrenda de flores a la virgen y el tradicional acto de andar La Encamisá desde la plaza Mayor. El 8 de diciembre tendrá lugar una misa y un convite para cerrar el novenario que dio comienzo ayer.

Por otro lado, las obras en la iglesia estarán finalizadas durante el último trimestre del año próximo, según anunció ayer el director general de Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urban. La rehabilitación del templo, en la que la Junta invertirá 400.000 euros (66,5 millones de pesetas) mediante el convenio firmado con la Iglesia, afectará a las cubiertas y a las bóvedas en mal estado. Pérez Urban afirmó que el templo está "en un estado lamentable" por unas obras que se hicieron de forma "inadecuada".

El proyecto, que ha sido realizado por el arquitecto José Miguel Rueda, responde a la preocupación que existía en Torrejoncillo por el estado de la iglesia, afirmó el alcalde, "que se estaba desmoronando y con él una parte de la historia de la localidad". José Antonio Fuentes, delegado de Patrimonio de la diócesis, destacó también la importancia de esta actuación, igual que en Garrovillas.