Ya en la primera acción que los bomberos realizaron para exigir mejoras económicas y materiales, consistente en asistir masivamente al pleno que la diputación celebró el pasado 30 de septiembre, el colectivo anunció sus disposición a llegar incluso a realizar encierros, paros y huelgas si no se les escuchaba. Entonces planteaban un incremento en sus sueldos de 450 euros, pero los responsables de la diputación sólo estaban dispuestos a llegar a 220.

Los bomberos dieron de plazo hasta el 5 de octubre para que en la reunión para la revisión de la relación de puestos de trabajo se demostrara voluntad de atender sus reivindicaciones. No fue así, por lo que el 6 de noviembre iniciaron en el salón de plenos de la diputación un encierro, que anunciaron indefinido, y que fue duramente criticado por los responsables de la institución. Estos calificaban entonces las demandas de "inadmisibles".