Se encontró un teléfono móvil en noviembre del 2015 y decidió extraer del mismo la tarjeta para introducir la suya y poder así tener acceso a los datos del terminal. Entre los documentos almacenados se encontraba un video íntimo en el que la dueña del teléfono mantenía relaciones sexuales con su pareja. Decidió entonces exhibirlo a terceras personas y difundirlo a través de un grupo de Whatsapp. Por estos hechos acaba de ser condenado por el Juzgado de lo Penal Número 1 de Cáceres a 15 meses de prisión y a pagar una multa de 2.700 euros por un delito de descubrimiento de imágenes audiovisuales.

El juzgado le condena además a indemnizar a la víctima con 2.000 euros. Desde que ocurriera, la propietaria del terminal padece trastorno del sueño, irritabilidad, dificultad de concentración, trastorno de apetito y deterioro social, determinantes de un trastorno por estrés postraumático, recoge el fallo.

El acusado tiene reconocida una discapacidad del 65% que afecta a sus facultades de conocimiento y voluntad. La sentencia no es firme.