TLta biomasa es la utilización de materia orgánica como fuente de energía y procede de residuos de origen agrícola o forestal. Su valorización genera gas y combustible líquido por la descomposición de materia orgánica o por un proceso termoquímico, pero la valorización por combustión para transformarlo en calor o electricidad es la más habitual. La biomasa se caracteriza por ser un combustible con balance neutro, es decir, el CO2 eq que emite en el proceso de combustión es inferior al que ha absorbido durante su vida y, por tanto, considerado de emisiones cero.

Hay múltiples tipos de biocombustibles, astillas, cáscaras de frutos secos,-, pero los de mayor poder calorífico son el hueso de aceituna y el pelet - residuos de madera y agrícola desecados y prensados-. El desarrollo de las calderas, actualmente más caras que las de gas y con periodos de amortización altos, permite contar con equipos domésticos de hasta 200 kW, con rendimientos del 92%, compactos, con sistemas automatizados de limpieza, sencillez de uso, silenciosos, de larga vida útil, generadores de menos del 1% de cenizas, evitando los escapes peligrosos de los equipos de gas o los olores desagradables del gasóleo o carbón. El único problema que plantea es la necesidad de espacio para el almacenamiento de biocombustible en cantidades suficientes que garanticen el suministro.

En España el consumo de pelet es un 70% para uso doméstico, aunque éste representa menos de un 10 % de países como Suecia, siendo su precio algo inferior al del gas natural y la mitad del propano o gasóleo por kWh producido. A pesar de ello, el consumo de biocombustibles en España ha supuesto la creación de 55.000 puestos de trabajo, ha evitado la emisión de 9 millones de toneladas de CO2 (2005-2010), ha aprovechado cultivos excedentarios, favoreciendo el desarrollo rural y proporcionando independencia energética.