"Que me dejen las tierras como estaban, si no las nivelan, no se puede sembrar. Entiendo que había que hacer el colector, y no me opuse, pero ahora han dejado todo lleno de piedras de la obra". La queja de Luis Luengo, propietario de una de las parcelas afectadas por las obras del colector que se ha construido entre el puente de la N-521 y la estación depuradora de aguas residuales, es una más de las muchas que ha habido en los últimos meses a causa de la renovación de la red de saneamiento, que va paralela a la Ribera, aguas abajo del puente de la carretera de Trujillo.

Lo ocurrido en los terrenos de este hortelano se ha repetido "con casi todos los demás", apuntó Luengo, a quienes se les ocupó provisionalmente parte de sus terrenos para acometer el colector. "Está todo mezclado --añadió-- , y ahora quién quita las piedras".