Estudios epidemiológicos realizados por expertos internacionales objetivan que en toda Europa se advierte una tendencia al alza de las enfermedades alérgicas. Cáceres no es una excepción. Si hace unos años se hablaba de un 10% de población alérgica, ahora un 25% de cacereños sufren problemas de este tipo. De ellos, el 10% son alérgicos al polen, aunque también hay alergias a los alimentos, a los medicamentos o problemas en la piel.

Los datos los ofrece María Angeles Gonzalo, médico adjunto del servicio de Alergia del Hospital Infanta Cristina, de Badajoz. Apunta, incluso, que dentro de 30 años, y según las previsiones, un 50% de cacereños serán alérgicos. La doctora se refiere a lo "sorprendente" que resulta ver cada vez a más gente que se sube al carro de la alergia a partir de los 30 años. También se ha detectado un aumento de casos en cualquier estación del año, y no únicamente en primavera. La causa puede encontrarse, por ejemplo, en la proliferación de plantaciones de cipreses.

Gonzalo es una de las autoras del libro Aerobiología en Extremadura. El polen en la atmósfera de la ciudad de Cáceres , editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura, que ayer se presentó en la capital cacereña y que indaga en los tipos de pólenes de la ciudad y su dispersión. Los autores del libro (que dará lugar a dos tesis doctorales) analizan el periodo comprendido entre 1995 y 2001.

Tras la investigación, se han llegado a verificar más de 60 tipos polínicos, pero los más importantes son los granos de polen de las gramineas y de las encinas y alcornoques. Las primeras son las que originan la mayoría de problemas de polinosis (infecciones alérgicas del polen). De hecho, las gramineas son una especie que en Cáceres se sitúa a la cabeza comparando con el resto de ciudades españolas. Otras, como los alisos, tienen concentraciones 20 veces superiores al conjunto de Extremadura.

Sucede lo mismo con las encinas y alcornoques, que registran las concentraciones más elevadas de España, pues entre abril y junio se alcanzan hasta 6.000 granos por metro cúbico, cuando lo normal es de 1.000 a 2.000. También son comunes las juncias y cárices, cuyos valores máximos se multiplican por 20.

Los autores lograron estos datos tras la instalación de un captador volumétrico situado en la Estación Meteorológica de Cáceres. El aparato, conectado a la red eléctrica, simula el proceso de la respiración humana. Aspira aire y muestra el grado de polen que hay en la atmósfera.

LOS SINTOMAS Las alergias más frecuentes son de tipo respiratorio, que se manifiestan por la nariz, con picores y obstrucción nasal. Se suelen acompañar con molestias en los ojos y, en otros casos, se produce afectación del tracto broncopulmonar, con opresión en el pecho. El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas. En primera instancia se pueden controlar con antiestamínicos. En caso de que el paciente padezca asma se recomiendan broncodilatadores o corticoides. Si no mejora, hay que vacunar. La mascarilla ayuda, pero no es solución definitiva. El aumento de las alergias habría que buscarlo en aspectos como la destrucción de la capa de ozono o la contaminación.