Hace más de 18 años que José María A. G. rompió con su novia, pero "no ha aceptado aún la ruptura". Esto, según el fiscal, motivó que durante todo el pasado año la sometiera a continuos acosos, coacciones y amenazas --le enviaba constantemente mensajes a su correo profesional y al móvil, y realizaba continuas llamadas--, llegando incluso a presentarse en su trabajo para amenazarla de muerte. Ya el 3 de noviembre pasado se dictó una orden de protección contra el acusado, que ahora será juzgado por dos delitos continuados de coacciones y un delito de amenazas, por los que el fiscal pide para él 6 años y 8 meses de prisión y 9 años de alejamiento.