Procedente de las unidades más exigentes, como el Tercio Gran Capitán de la Legión, el Grupo de Operaciones Especiales o el Cuartel General de las Fuerzas de Acción Rápida, el coronel Enrique Martín Bernardi (24-6-1958, Melilla) llegó en 2011 a Cáceres para ponerse al frente del Cefot. Este destino --una unidad formativa--, en principio encajaba menos que un regimiento con su intensa carrera militar, pero Bernardi tuvo desde el inicio una especial reciprocidad con la ciudad y la base. Ahora se marcha al Cuartel General del Ejército (Madrid) y le cuesta la despedida. Asegura que volverá, no una, sino "todas las veces que pueda".

--Su adaptación fue meteórica...

--Sí, porque en Cáceres resulta muy fácil. Primero por la unidad, por los mandos, son buenas personas muy acostumbradas a su trabajo. Pero además por la ciudad: desde la primera semana hubo gente que nos recibió y nos tendió su mano, y esto no suele ocurrir cuando llegas nuevo a un sitio. Así es sencillo comenzar a integrarse.

--Dicen que se va sorprendido...

--No esperaba esta identificación de Cáceres con lo militar. En muchas ciudades la relación es buenísima, pero como aquí, difícil. El trato se hace cercano en todos los aspectos: con las instituciones, con los colectivos... Sorprende mucho. Al final entablas relaciones con abierta naturalidad, y te sientes de verdad cómodo en Cáceres.

--Haga balance: ¿Los momentos más intensos en este destino?

--La jura de bandera en la plaza Mayor en noviembre de 2011, ya que todo fue apoyo de las instituciones y de los cacereños. Otra situación, en este caso compleja y poco agradable, fue la ausencia de soldados durante un largo periodo, pero ahora que tenemos alumnos y que parece que vamos a seguir teniéndolos, veo el trabajo de aquella temporada, cuando había que integrar a todo el mundo, cuando había que mantener a todos los mandos activos y útiles, como un reto que se logró, que me enseñó, que me formó y que resultó al final una magnífica experiencia.

--Debió ser difícil, casi año y medio sin soldados....

--Sí, sobre todo por la responsabilidad que se tiene con el resto. Aquí hay 200 profesionales y era necesario dar contenido a su trabajo.

--La pregunta clave... ¿Tiene futuro el Cefot cacereño? ¿Seguirán viniendo soldados?

--En mi opinión creo que sí, pero son decisiones de alto nivel. Todo apunta a que será posible, porque ahora han venido 600 alumnos y la tropa tendrá que ir renovándose a medida que vayan saliendo efectivos del Ejército. Siempre habrá que reponer con arreglo al cupo de militares que establece el Gobierno.

--Pero existe el temor de que sea suficiente con un solo centro: bien Cáceres o bien Cádiz

--Ahora mismo aquella decisión de no enviar soldados a Cáceres por un tiempo ya no existe, ahora mismo hay alumnos, ¿por qué no pensar positivamente en el futuro? Es la sensación que yo tengo, pero insisto en que son decisiones de alto nivel.

--¿Qué animo tienen los mandos?

--Nada que ver con la situación de incertidumbre que tuvimos cuando supimos que no vendrían alumnos. El hecho de planificarnos, de hacer cosas conjuntas, de integrarnos, nos ha unido más. Me voy satisfecho.

--Ultimamente se escucha con frecuencia que los Cefot acabarán convertidos en academias.

--No deja de ser un simple cambio de nombre, porque el contenido no variaría. ¿Qué puede implicar, algún cometido más? Pero siempre sería complementario al principal, que consiste en la formación. De hecho, ya tenemos también enseñanza de perfeccionamiento: los cursos de ascenso a cabo y cabo primero, el de tropa permanente y el de técnicos en seguridad y defensa.

--Ha luchado por el Cefot desde el primer día, eso es evidente. La base ha tenido obras aquí y allá. También ha renovado la parte organizativa.

--Se han hecho poquitas cosas, pero se han hecho. Hemos tratado de solventar las deficiencias principales dentro de las condiciones actuales y de los créditos que nos pueden dar. Siempre digo que no hay que conformarse, porque si nos conformamos nos anclamos, y en este mundo hay que estar continuamente actualizándose. Respecto a la organización, también hay que renovarse. El Cefot imparte formación básica, tan importante como otra, es nuestro trabajo, y cuando termina cada ciclo hay que volver a analizarlo todo, a estudiar mejoras...

--¿Volverá?

--Sí, el propósito de mi esposa Belén y el mío es volver a Cáceres. Tenemos muchas intenciones de regresar, no queremos desengancharnos , todo el mundo nos ha ofrecido su casa.

--Se marcha a la Dirección de Personal del Cuartel General del Ejército. Estará en el centro de la toma de decisiones, en tareas de alto nivel, junto a la diosa Cibeles, pero creo que nunca volverá a vivir en un palacio del siglo XV...

--Cuando llegué la primera vez al Palacio de las Cigüeñas me impactó este entorno impresionante. Siempre he dicho que en Cáceres tengo casa de general, no de coronel. Lo echaré de menos, esto es impagable.