Un sorprendente suceso que prueba la falta de seguridad que existe en el Palacio de Justicia de la ciudad se produjo ayer mismo, cuando el juez decano, Federico Alba, comprobó con incredulidad que le habían robado en su propio despacho. Cuando se marchó el viernes su ordenador estaba sobre su mesa, pero cuando llegó ayer por la mañana la pantalla había desaparecido. "Aunque no me parecía lógico que lo hicieran, lo primero que pensé es que quizás se la habían llevado los técnicos para arreglar algo, pero tras hablar con ellos comprobamos que la habían robado".

La verdad es que resulta realmente increible que se pueda robar en un edificio judicial, y más aún en el despacho de un juez, pero así ha sido, el propio Federico Alba tuvo que interponer ayer en el juzgado de guardia la correspondiente denuncia por robo. "Esto prueba que nuestra preocupación por la falta de seguridad y nuestra demanda de más vigilancia están más que justificadas, pues si alguien puede entrar sin problema en el despacho de un juez, imaginemos que podría pasar de producirse un incidente más serio, en un juicio por ejemplo, cuando solo hay un vigilante en el edificio".